Hasta 175 millones de niños podrían verse afectados cada año por desastres naturales en esta década

Europa Press

SOCIEDAD

© UNICEF / NYHQ2012-1463 / Dormino | EFE

UNICEF propone una «preparación técnica y material» de los países con mayor número de víctimas

13 oct 2014 . Actualizado a las 17:01 h.

Hasta 175 millones de niños podrían verse afectados cada año por desastres naturales en todo el mundo en esta década, según ha denunciado este lunes el Comité español del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), que ha destacado que actualmente más de la mitad de las víctima de estos sucesos son niños.

Con motivo de la celebración del Día Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales, UNICEF ha explicado que la mortalidad infantil aumenta de manera «exponencial» con estos desastres, en los que no sólo cuentan las víctimas directas.

El fondo ha indicado que los índices de mortandad de los menores crece, sobre todo, porque «aumentan riesgos como la denutrición o los problemas en los sistemas de agua y saneamiento» y porque se interrumpe el desarrollo educativo de los niños y los hechos les «pueden causar graves traumas psicológicos». Además, «muchos son separados de sus familias y quedan expuestos a la explotación y el abuso», ha explicado la organización.

Según los datos publicados por UNICEF, el número de desastres naturales se ha triplicado desde la década de los 70 con motivo del cambio climático, por lo que ha propuesto que se mitiguen sus efectos mediante «un trabajo de preparación técnica y material» de los países afectados.

Esta propuesta se debe a la relación existente, según UNICEF, entre la gravedad de las consecuencias de los desastres naturales y la capacidad de las infraestructuras, recursos técnicos y materiales de cada país. «El impacto de una catástrofe se multiplica en los países en desarrollo, donde se concentran el 90% de las muertes provocadas por este tipo de fenómenos», ha explicado.

Formas de trabajo

UNICEF ha propuesto llevar a cabo una Reducción de Riesgo de Desastres (RDD), cuyo objetivo es, entre otros, reducir la potencial tasa de mortalidad, lo que logra evitando o mitigando el impacto de los desastres en la población antes de que se produzca la emergencia.

El fondo pretende aumentar la capacidad de estos países para sobreponerse a estas catástrofes. «Para que la acción humanitaria en este tipo de situaciones sea efectiva, es preciso no solo cubrir las necesidades inmediatas de las personas, sino también el fortalecimiento de sus habilidades para enfrentarse a futuros desastres», ha aconsejado.

El Fondo ha destacado las buenas cifras alcanzadas hasta el momento. «En 1990, 12,7 millones de niños menores de cinco años murieron por causas que podemos evitar; en 2013 esta cifra fue de 6,3 millones», ha explicado, aunque esto se ve ensombrecido por el hecho de que «a pesar de los avances, más de 17.000 niños menores de cinco años mueren cada día» por «no tener vacunas, agua o una nutrición adecuada», ha sentenciado.

Ébola

«La crisis del ébola también explica la importancia de tener un sistema de salud fuerte ante este tipo de epidemias», ha afirmado UNICEF, que ha explicado que en los países africanos afectadosa por esta enfermedad ha llevado a cabo campañas por las que informa a la población de los síntomas de detección de la enfermedad y métodos de prevención del contagio.

«Se están evitando contagios en la actualidad, pero en el caso de otros brotes en el futuro, los ciudadanos ya tendrán de antemano una información que hasta ahora no tenían y que reduce el riesgo de propagación», ha añadido.

En comparativa, mientras Nigeria y Senegal, «han conseguido frenar de forma efectiva la expansión de la enfermedad», los países que están sufriendo una mayor propagación del virus, como Sierra Leona, Guinea o Liberia, tenían un sistema de salud mucho más débil que no ha podido hacer frente a esta situación.

Por otro lado, UNICEF ha centrado sus esfuerzos en el que considera uno de los «grandes retos tras un desastre natural», los niveles de desnutrición y ha puesto en marcha su campaña Ahora no podemos parar, que, hasta principios de 2015, pretende trasladar a nuestra sociedad los avances realizados y los grandes retos pendientes.