Suspenso de la sanidad de EE. UU. en el control de su caso de ébola

s. c. REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

<span lang= es-es >Encerrados y solos, como en Liberia</span>. En Liberia y Sierra Leona, los parientes de un enfermo deben permanecer en casa, a su suerte. Como en Dallas: cuatro personas malviven en un cuarto y los funcionarios acuden para ver si cumplen la cuarentena, pero sin ninguna protección.
Encerrados y solos, como en Liberia. En Liberia y Sierra Leona, los parientes de un enfermo deben permanecer en casa, a su suerte. Como en Dallas: cuatro personas malviven en un cuarto y los funcionarios acuden para ver si cumplen la cuarentena, pero sin ninguna protección. foto LARRY W. SMITH < / span>efe< / span>

Los familiares del enfermo hospitalizado no reciben atención médica y pasan la cuarentena en su piso, que ningún funcionario quiso limpiar

04 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La respuesta de la sanidad pública norteamericana ante el primer caso de ébola detectado en el país no puede ser peor: diagnóstico tardío, falta de control de las personas que estuvieron cerca del enfermo, desprecio hacia su vida y seguridad y negligencia por parte de los funcionarios. Todos los medios recogieron que Obama había llamado al alcalde de Dallas (Texas) desde el avión presidencial para poner la fuerza federal a disposición de las autoridades, pero la realidad dista mucho de esa imagen que tan bien vende Hollywood.

Thomas Eric Duncan sufría vómitos, sudores y diarrea cuando fue ingresado en el Hospital Presbiteriano de Texas, tras varios días de peregrinaje sanitario que no acabó en hospitalización por «un fallo informático», según la clínica. Hasta entonces, unas cien personas tuvieron contacto más o menos directo con él, especialmente su familia (el hijo de Ducan, su madre y dos sobrinos de esta). Estos cuatro tienen muchas posibilidades de haberse contagiado, y por eso las autoridades texanas les avisaron de que no salgan de casa, que se arriesgan a un proceso penal. No están en ningún hospital, con sus constantes vigiladas y recibiendo suero para evitar una deshidratación: al contrario, se amontonan una habitación donde Duncan sudó y vomitó.

A las 18.30 horas de ayer [en España] entró en la vivienda el equipo de Cleaning Guys (Los tíos de la limpieza), la única empresa dispuesta a retirar las toallas, sábanas y demás enseres con fluidos altamente contagiosos. Ningún funcionario de la zona quiso hacerse cargo.

Mientras tanto, Liberia quiere juzgar a Thomas Eric Duncan por haber mentido en el aeropuerto. Una de las preguntas que les hacen a los viajeros que abandonan el país es si han estado en contacto con algún enfermo. Ducan dijo que no, pero había acompañado a una joven embarazada al hospital y después a su casa, donde murió de ébola, cinco días antes de volar hacia EE.?UU.

Dignidad de los pacientes

En Liberia intentan tomarse muy en serio el control de la epidemia, y no solo para evitar su expansión. Las autoridades quieren proteger la intimidad y dignidad de los pacientes y los periodistas necesitarán un permiso oficial para hacer fotos y entrevistar a los enfermos.