La última superluna del verano se alineará con el sol en las noches del 8 y el 9 de septiembre

La Voz LA VOZ | AGENCIAS

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MIKE BLAKE

Cuando la luna, un 15 % más grande lo habitual, salga por el este en ese mismo momento el astro se estará poniendo por el oeste

08 sep 2014 . Actualizado a las 15:49 h.

En las noches del 8 y del 9 de septiembre llega la tercera y última superluna de este verano. Este fénomeno no solo cerrará una tríada iniciada en julio, un fenómeno poco habitual en el que el satélite se ve desde la Tierra un 14 % y un 30 % más brillante de lo habitual ya que el astro se encuentra a no más de un 10 % de su punto más cercano al planeta en el recorrido de su órbita, ya que además ofrecerá dos coincidencias. Por un lado, la superluna saldrá por el este en el mismo momento en el que el sol se esté poniendo por el oeste, ya que ambos cuerpos estarán alineados con la Tierra. Además, también será la conocida como «luna de la cosecha» -la última antes del equinoccio de otoño.

En realidad, el término científico correcto para la superluna es «Luna de perigeo», preferido por los expertos en esta temática. Las lunas llenas varían de tamaño debido a la forma ovalada de la órbita de la Luna. La Luna sigue una trayectoria elíptica -ovalada, no circular- alrededor de la Tierra con un lado (el perigeo) alrededor de 50.000 kilómetros más cerca que el otro (el apogeo). Las lunas llenas que se producen en el lado perigeo de la órbita del satélite parecen extraordinariamente grandes y brillantes.

Aunque es un fénomeno poco habitual, esta coincidencia se ha producido ya dos veces este año: el 12 de julio y el 10 de agosto. Esta última fue una extra-superluna, ya que el satélite se situó lo más cerca de la Tierra que ha estado en los últimos 20 años. Sin embargo, la NASA ha explicado que, «en términos generales, las lunas llenas ocurren cerca del perigeo cada 13 meses y 18 días, así que no es tan inusual», que se haya producido tantas veces en el 2014. Para remontarse a los últimos episodios de superlunas hay que remontarse a 1993 y 1975.

Eso sí, los astrónomo ya avisan que la tercera superluna del verano gozará de unas las condiciones menos favorables para disfrutar del espectáculo astronómico que las del mes de agosto. El 10 de agosto «se aliaron la coincidencia con la distancia mínima..., es decir, la luna llena y el perigeo (el punto de máximo acercamiento a la Tierra) solamente diferían en 26 minutos y, además, se encontraba en el punto de máximo acercamiento a la Tierra, a unos 360.000 kilómetros», ha explicado en declaraciones a Efe el experto del Observatorio Astronómico Nacional (OAN), Mario Tafalla. «Para tener una situación parecida a esta tendremos que esperar hasta el 28 de septiembre de 2015, cuando podremos gozar de una Superluna comparable e incluso un poco más vistosa, ya que estamos hablando de 50 kilómetros de diferencia de distancia, un poquito más cerca», adelanta. Además, con esta superluna de carácter extra también coincidió con las Perseidas, empañando con su brillo a la gran lluvia de estrellas del verano.

En la superluna del 8 y 9 de septiembre «la concurrencia de ambos fenómenos es de unas cuantas horas y, en el perigeo, que será el lunes 8, la luna estará unos 1.500 kilómetros más alejada que la vez anterior». Aun así, «no hay una definición precisa de cuándo es el corte, así que hablamos de Superluna siempre que el momento de mayor aproximación coincide con la fase de luna llena en menos de un día».

¿Superlunas apocalípticas?

Aunque puede parecer un fenómeno habitual, lo cierto es que las superlunas solo se pueden ver en todo su esplendor cada 15, 16, 17 o 18 años. Eso sí, el año que se producen, como este 2014, siempre ocurren varias veces. Por esta razón, como todos los eventos astronómicos de carácter inusual, las teorías apocalípticas rodean a estas lunas.

Una de las más extendidas, es que tres días después de que la luna sea un 30 % más grande de lo corriente, la Tierra es más proclive a sufrir desastres naturales como terremotos o erupciones volcánicas. Pero este carácter apocalíptico tiene base científica ya que al estar más cerca el satélite, la fuerza gravitacional de la luna es mayor. Sin embargo, los expertos señalan que las dos últimas superlunas -en 1993 y 1975- no dejaron tras de si ningún desastre. A pesar de ello, muchos apuntan que la de marzo del 2011, que no una superluna completa, estuvo precedida por el terremoto y posterior tsunami de Japón que arrasó Fukushima.

Cómo ver la superluna

A pesar de que se ve un 14 % más grande, en la práctica, no siempre es fácil notar la diferencia entre una superluna y una luna llena normal. El 30 % de diferencia en el brillo puede ser fácilmente ocultado por las nubes y la bruma. Además, no hay elementos flotando en el cielo para medir diámetros lunares. Colgada en lo alto, sin puntos de referencia para proporcionar un sentido de escala, una luna llena se ve casi del mismo tamaño que cualquier otra. Por esta razón, «también parecerá más grande si se la contempla junto a una montaña o un edificio grande en el momento en el que aparece en el cielo».

Para una buena observación de la superluna, Tafalla recomienda buscar un sitio con poca luz: «básicamente evitar tener una farola encima, porque es como mirar algo con una linterna apuntando a los ojos..., aunque en la ciudad no podemos evitar la contaminación lumínica general, siempre podemos buscar un rinconcito oscuro en un parque».