Demuestran que es posible frenar el tumor cerebral más peligroso

La Voz LA VOZ / AGENCIAS

SOCIEDAD

Investigadores del Instituto de Oncología Vall d'Hebron descubren que inhibiendo la proteína Myc pueden curarse tumores de cerebro, pulmón o páncreas

18 ago 2014 . Actualizado a las 20:25 h.

Una investigación liderada por el Instituto de Oncología Vall d'Hebron (VHIO) ha validado que la inhibición de la proteína Myc, implicada en el desarrollo de diferentes tumores, puede ser una estrategia terapéutica eficaz contra el glioma, el tumor cerebral más agresivo.

El trabajo, liderado por la investigadora Laura Soucek y publicado en Nature Communications, supone un nuevo enfoque terapéutico para un cáncer de mal pronóstico, a la vez que se ha confirmado que la inhibición de la proteína actúa sobre el tumor ya formado y contra sus células progenitoras, impidiendo que proliferen.

El equipo liderado por Soucek, el grupo de modelización de terapias antitumorales en ratón del VHIO, consiguió el año pasado eliminar tumores pulmonares en ratones gracias a la misma estrategia, y confirmaron que no había efectos secundarios ni resistencia al tratamiento.

Actualmente, el grupo intenta desarrollar un fármaco basado en el inhibidor de la proteína a la vez que intenta confirmar la eficacia del tratamiento en otros tumores, sobre todo con los más agresivos y sin tratamientos efectivos, según ha explicado la investigadora.

Soucek ha señalado que los experimentos han demostrado que la inhibición de Myc es eficaz tanto en tumores de ratón como en humanos, y que se ha dado un nuevo enfoque clínico al tratamiento que consiste en dirigirlo al tumor primario más común y agresivo que afecta al sistema nervioso central adulto.

La proteína Myc controla hasta el 15 por ciento de los genes humanos, y está implicada en procesos de proliferación y muerte celular programada -necesaria para la regeneración de los tejidos-, pero si se altera puede provocar una proliferación celular descontrolada, que puede originar la aparición de cánceres como el de cérvix, mama, colon, pulmón, páncreas, estómago y cerebro.

Lo que logra el medicamento preclínico elaborado por el equipo del VHIO es que las células cancerígenas muten, aumentando su tamaño o desarollando dos núcleos, lo que las lleva a desaparecer sin posibilidad de reproducción.

Además, la doctora Soucek ha garantizado que el tratamiento solo afectaría a los tejidos dañados, sin provocar efectos graves o perjudiciales en el organismo. Si las compañías farmacéuticas se comprometen, el esperanzador medicamento podría estar preparado en tres o cuatro años.