Pyongyang lanzó misiles mientras el papa pedía la unidad de las Coreas

sara r. estella PEKÍN / E. LA VOZ

SOCIEDAD

La presencia de Francisco en Corea del Sur, donde se bautizan 100.000 personas al año, ha despertado gran expectación.
La presencia de Francisco en Corea del Sur, donde se bautizan 100.000 personas al año, ha despertado gran expectación. Heo yeong < / span>reuters< / span>

Francisco ignoró la protesta y destacó los esfuerzos por la reconciliación

15 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Expectación y silencio contenido para recibir al papa en su primer viaje oficial a Asia. Francisco descendió del avión con paso lento, fruto del cansancio, pero firme en su convicción de llevar su mensaje de paz a Corea. A pie de pista, la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, le dio la bienvenida y a ella fue a quien dedicó sus primeras palabras en Seúl: «Los llevo muy dentro del corazón», exclamó el pontífice sin dejar de sonreír.

Francisco aterrizó en Corea a las 10.15 hora local, quince minutos antes de lo que estaba previsto, a bordo de un Airbus A330 de la compañía Alitalia. Además de las autoridades pertinentes, el papa fue recibido por familiares de los más de 300 estudiantes que perdieron la vida en el naufragio de un ferry en abril. Las lágrimas de una de las madres hizo detenerse al pontífice para trasladarle su pésame. «Llevo en el corazón a los que han muerto y también a sus familiares», le susurró el papa mientras le estrechaba la mano. También saludó a varios dirigentes de asociaciones para discapacitados y a dos refugiados de Corea del Norte. Después, se subió en un coche camino del Palacio Presidencial, y como siempre que viaja, pidió el vehículo más pequeño del parque móvil, un Kia Soul.

En su primer discurso oficial, en el Palacio Presidencial, Bergoglio animó a las dos Coreas «a buscar la paz». En un perfecto inglés les invitó «a reflexionar sobre cómo estamos transmitiendo nuestros valores a la siguiente generación». Continuó explicando la importancia de su mensaje en la península coreana, a la que se refirió como «una tierra que ha sufrido largo tiempo debido a la falta de paz» en una clara referencia al conflicto que se vive entre el Norte y el Sur.

Esta tensión entre las dos Coreas se pudo palpar ayer mismo. Poco antes de que Francisco aterrizara en Seúl, el régimen de Pyongyang lanzó tres misiles de corto alcance sobre la frontera marítima con Corea del Sur. Con el pontífice ya en tierra, lanzaron dos misiles más, un acto que el Gobierno norcoreano justificó como una forma de protesta ante las próximas maniobras militares que sus vecinos del sur llevarán a cabo junto a Estados Unidos la semana que viene.