Los daños causados alcanzan los 4.000 euros, y el joven alemán continúa sin su Samsung Galaxy S III, valorado en unos 400 euros aproximadamente. Él joven sabía que el smartphone no podría haber sobrevivido, pero el alemán indicó a los medios locales que solo «quería recuperar los números de teléfono de todos mis amigos, imágenes y videos que significan mucho para mí». También admitió que la idea de secar el lago con unas bombas había venido de cuando sus padres limpiaban el estanque que tienen en su casa.