Una fiesta «bien padre» en Avión

SOCIEDAD

Carlos Slim, Isidoro Álvarez o Núñez Feijoo, en el cumpleaños de la mujer de Vázquez Raña

03 ago 2014 . Actualizado a las 21:07 h.

Avión es una fiesta este fin de semana. Pero también es el concello en el que se reúnen algunos de los hombres más ricos de México, de España y, desde luego, del mundo. ¿Por qué han elegido ese lugar pudiendo ir a las Maldivas o a la costa gala? Porque es el concello en el que nació uno de ellos, Olegario Vázquez Raña, que junto a su hermano Mario, lograron formar un imperio al otro lado del Atlántico. Porque a ellos les gusta disfrutar de la fiesta de su pueblo, el San Roque, invitar a sus amigos a casa por el patrón, recordar su infancia... Y los que tengan aún dudas del porqué recuerden la primera escena de Ciudadano Kane.

El sonido de las gaitas acompasadas con el ritmo que marca un bombo se escucha a lo lejos en la carretera que cruza Avión. Viene de lo alto de la ladera y al alzar la vista se observa a unos gaiteiros tocando en el balcón de una casa enorme rodeada de un jardín en escalera lleno de arbustos y rosas. Los que tocan son la banda de gaitas del concello de Beariz. Lo hacen para los invitados que empiezan a llegar a la casa de Olegario Vázquez Raña. A este hombre de Ourense curtido por el sol de México le gusta estar en su pueblo para el San Roque, pero además suele celebrar ahí el cumpleaños de su mujer, doña Gela. Llevan días organizando la fiesta. Carpas en el jardín, fundas para cubrir las butacas de las mesas, el cátering vigués El Canario para servir la comida... Todo ha de estar perfecto para el cerca del centenar de invitados que acuden al almuerzo.

Días de descanso para Slim

Aunque no se le ha visto entrar, uno de los que seguramente están ya escuchando cómo tocan la Rianxeira es el magnate mexicano Carlos Slim, que lleva ya unos días en Avión. No es nuevo que al hombre más rico del mundo le gusta alejarse del ajetreo de D.F. para descansar unos días con su amigo gallego. El año pasado incluso se le vio por el pueblo, en el bar Moncho, jugando al dominó. Y Moncho ha colgado orgulloso el recorte de prensa en el bar. Este año prefieren una mayor discreción. Quieren descansar. También de los focos.

Falta poco para las tres de la tarde. La banda toca, mientras continúan llegando invitados. En las cunetas que rodean la carretera por la que se llega a casa de Olegario apenas queda espacio para más coches. Audis, Mercedes..., pero de vez en cuando también pasa algún emigrante en su Porsche para mostrar que los gallegos de Avión no solo hicieron fortuna en México. También en Suiza, en Venezuela....

En medio del desfile de vecinos, empresarios mexicanos como el propietario del hotel Los Abetos de Santiago, o el alcalde de Avión, el popular Antonino Montero; viene también el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo. Acude, como otros años, a una reunión de amigos.

Entre esos amigos están el vicepresidente de Abanca, el venezolano Juan Carlos Escotet; el consejero delegado de la entidad, Paco Botas; Isidoro Álvarez, presidente de El Corte Inglés, acompañado de su esposa; el dueño del grupo de papel Biopapper, Miguel Rincón; el propietario de la línea aérea Flymex, Alberto Abed...

Cada uno de los que va entrando en la casa lleva en la mano un paquete. Probablemente un regalo para doña Gela. Las bolsas son de Lladró, Bottega Veneta... Probablemente «Felicidades Doña Gela» sea la frase que más se esté escuchando en el jardín de los Vázquez Raña, en Avión.

Fuera, junto a la puerta principal, los fogones del furgón del cátering no dejan de trabajar. Las gaitas tocan «solo te pido, solo te pido que me hagas la vida agradable...» Y seguramente para muchos de los que escuchan esa vida agradable está en la paz de Avión.

Las gaitas paran y empieza a oírse un sonido que parece jazz. Pasan dos o tres horas. De repente, aparece otra furgoneta. Son los mariachis que continuarán con la celebración. Y mientras, al otro lado de la villa empieza la verbena paralela, la del pueblo. Hoy habrá más.