Los países africanos sopesan el cierre de las fronteras por el ébola

Daniel Roldán COLPISA

SOCIEDAD

La OMS destina más de 75 millones de euros para incrementar las dotaciones médicas en Sierra Leona, Guinea y Liberia

02 ago 2014 . Actualizado a las 00:19 h.

El virus del ébola está sin control y es muy probable que prosiga su letal camino por los tres países donde está concentrado: Sierra Leona, Guinea y Liberia. Los presidentes de los tres países y su homólogo de Costa de Marfil se reunieron el jueves en Conakry, capital guineana, con Margaret Chan. La directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció que las medidas tomadas hasta el momento están fallando. «Si la situación continúa deteriorándose, las consecuencias pueden ser catastróficas desde el punto de vista de pérdidas humanas, pero también severas en términos socioeconómicos y del alto riesgo de contagio a otros países», explicó en su discurso Chan. Para evitar el salto a más países -hubo una muerte en Nigeria pero se trataba de un estadounidense que provenía de Monrovia, capital liberiana-, la OMS sopesa plantear a los países afectados un cierre parcial de sus fronteras para evitar el paso del virus a Costa de Marfil, Malí, Guinea-Bissau o Senegal.

Unas medidas que las autoridades sierraleonesas adoptaron, en parte, el pasado miércoles. Entonces, el presidente Ernest Bai Koroma anunció el cierre de los mercados cercanos a las fronteras, el despliegue militar para proteger a las unidas médicas y la prohibición de reuniones públicas.

Unas iniciativas que pueden funcionar en las grandes ciudades, pero que en las zonas rurales son muy complicadas de llevar a cabo; al igual que el cierre de fronteras en una zona del planeta donde pasar de un lado a otro lo hacen miles de personas de forma cotidiana y sin pasaporte.

Otra cosa serán las aduanas aéreas, donde sí se han reforzado las medidas de control. Incluso algunas compañías sopesan seguir el camino de Emirates, que ha cancelado su línea a Conakry.

Chan reconoció que el actual brote es «de lejos el mayor de las cuatro décadas de historia de esta enfermedad» y que necesita el despliegue extraordinario de cientos de médicos en el África occidental. Para coordinar este plan y aumentar las dotaciones médicas, la OMS va a destinar una partida extraordinaria de 75 millones de euros (100 millones de dólares).

La próxima semana se producirá otra reunión al más alto nivel para determinar si se aumenta el nivel de alerta.

Medidas

Por su parte, los países de todo el mundo están tomando medidas para evitar la propagación del virus. Nigeria anunció que iba a poner en cuarentena a dos personas que tuvieron «contacto directo» con un hombre que murió de esta enfermedad en Lagos la semana pasada, mientras que la Unión Africana (UA) urgió al mundo a actuar. «La respuesta al brote de ébola necesita una acción continental y mundial consensuada para hacer frente a la epidemia, que supone una amenaza para la salud y el desarrollo mundial», advirtió la presidenta de la Comisión de la UA, Nkosazana Dlamini Zuma. En China, la región de Cantón, donde se asienta una importante colonia de inmigrantes africanos, decidió tomar medidas extraordinarias en el aeropuerto internacional de Baiyun. Las autoridades asiáticas, según informa el periódico China Daily, han instalado termómetros corporales para controlar a los pasajeros. Si supera los 37,5 grados, serán sometidos a un análisis de sangre para comprobar si son portadores del virus.

Por su parte, la Casa Blanca confirmó que la cumbre Estados Unidos-África prevista para la próxima semana se celebrará con normalidad y que la epidemia del ébola será uno de los temas que se traten. Ante el agravamiento de la situación, los presidente de Sierra Leona y Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, renunciaron a participar en la cumbre prevista en Washington y que reunirá a cerca de 50 jefes de Estado o de gobierno africanos.

Además, el Ejecutivo estadounidense repatriará en los próximos días a una misionera y un médico afectados por el virus, que ya ha matado desde marzo a 729 personas en Liberia, Guinea, Sierra Leona y Nigeria, según los datos de la OMS.