La muerte e infección de médicos por el ébola desata las alarmas

redacción / la voz

SOCIEDAD

La epidemia, que llegó a Nigeria, se ha llevado 660 vidas y sigue creciendo

28 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Ya son dos los médicos que han muerto en Liberia a consecuencia del ébola, y dos más han dado positivo en los test, aunque todavía es pronto para saber cómo evolucionará la enfermedad, que tiene una tasa de mortalidad de entre el 60 % y 90 %. Estos contagios en médicos con experiencia y protegidos han desatado todas las alarmas.

Los últimos, fallecido e infectado, son estadounidenses, pero antes de que esto ocurriese Washington ya había decidido tomar cartas en el asunto, porque considera que ciertos problemas sanitarios son globales. Por eso, en el momento en que falleció un ciudadano liberiano en Lagos -la ciudad más importante de Nigeria y la más poblada de África, con 21 millones de habitantes- el CDC norteamericano (los centros de control de las enfermedades infecciosas) decidió desplegar oficinas por África.

Para Samuel Brisbane la medida llegó demasiado tarde. El facultativo era una de las personas que más había trabajado para controlar y erradicar la enfermedad en Liberia, donde ya se ha calificado el brote como «emergencia nacioanl». Según el ministro liberiano de Sanidad, Brisbane «estuvo aislado en un centro de tratamiento durante dos semanas antes de morir el sábado. Con su muerte ya son dos los médicos fallecidos por esta enfermedad en el país, después del ugandés Sam Mutooru Muhumuza, muerto el pasado mes». Brisbane trabajaba en el centro médico John F. Kennedy de Monrovia, uno de los grandes centros de tratamiento y aislamiento para enfermos de ébola en el país. En cuanto al último infectado, Kent Brantly, se recupera en el hospital ELWA de Monrovia, y aunque los médicos son optimistas, «todavía no está ciertamente fuera de peligro», según dijo a la AFP la portavoz de SP (la entidad benéfica cristiana para la que trabaja Brantly), Melissa Strickland.

Primer caso en Freetown

La crónica negra del ébola con respecto al fin de semana se completa con la muerte de una mujer que se escapó del hospital en Sierra Leona cuando le dijeron que tenía la enfermedad. El positivo de Saudatu Koroma, de 32 años, supuso el primer caso de ébola en la capital, Freetown. Koroma se entregó -las radios locales emitían mensajes en los que se pedía ayuda para poder localizarla- y murió mientras era trasladada al este del país, donde están situados los centros sanitarios donde se trata el virus.

La epidemia de ébola, la primera que se extiende por el África occidental -que ya ha matado a 660 personas en Sierra Leona, Guinea Conakry, Liberia y ahora Nigeria- está agotando los recursos de los débiles sistemas de salud de la región, y la falta de información y desconfianza hacia el personal médico lleva a muchas personas a rechazar los tratamientos. «El ébola nos lleva ventaja», resumió Anja Wolz, coordinadora de emergencias de Médicos sin Fronteras en Kailah (Sierra Leona) cerca de Guinea.

Cerca de la infección

A la muerte de Samuel Brisbane (EE.UU.) y Sam Mutooru Muhumuza (Uganda), hay que sumar las infecciones de Umar Khan (Sierra Leona) y Kent Brantly (EE.UU.) Solo en Liberia 15 sanitarios han muerto.