Una discusión que duró veinte años y dividió a los creyentes

s. c. REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

15 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La Iglesia anglicana, que fuera de las islas británicas se llama episcopal, lleva rumiando la ordenación de mujeres obispos desde los años 90, en el mismo momento en que la rama norteamericana decidió dar el salto y convertir a Barbara Clementine Harris en obispa de Massachusetts.

La Comunión Anglicana está formada por 40 iglesias localizadas a lo largo del Imperio británico que agrupan a 80 millones de fieles, entre los que hay desde los anglocatólicos -en el 2011 la Iglesia católica creó un ordinariato para acoger a los obispos anglicanos que estaban en contra de los excesos modernizadores de la Iglesia de Inglaterra- hasta los más cercanos a los grupos evangélicos. Son cristianos entre «católicos no papales» y «evangélicos no protestantes».

La unidad como se entiende en el seno de la Iglesia de Roma no existe, ya que cada región es autónoma para tomar decisiones. En este contexto, la rama inglesa y algunas de las africanas, asiáticas y sudamericanas son las más conservadoras en sus planteamientos y, así, por ejemplo, la ordenación de mujeres sacerdotes comenzó en los años 70 pero no llegó a Inglaterra hasta 1994. Y ellas pueden ser obispos ya en Gales, Escocia, Irlanda, Estados Unidos, Australia, Canadá y Suazilandia, pero no en el resto.

Lo cierto es que desde que en los 90 la Iglesia de Inglaterra dio el paso hacia la modernidad con la ordenación de mujeres sacerdotes, ha perdido 500 pastores, algunos de los cuales están integrados en la Iglesia católica y otros simplemente dejaron el ministerio (unos 70 volvieron a la Comunión anglicana).

Obispos homosexuales

La otra gran batalla en el seno del anglicanismo son los gais. En el 2003, New Hampshire (el estado más liberal de Estados Unidos, situado al noreste del país) se convirtió en la primera diócesis con un obispo abiertamente homosexual, Gene Robinson. Ese mismo año, otra diócesis de Canadá aceptó oficiar una boda entre dos personas del mismo sexo, enlaces que llegaron a Londres en el 2008. En Inglaterra, se celebró ese mismo verano un sínodo de Lambeth especialmente conflictivo que consiguió, casi milagrosamente, mantener la unidad de la Comunión. Y finalmente, se aceptó, pero ya en el 2013, que podría haber obispos gais siempre y cuando se mantuviesen célibes.