El Gobierno cuestiona la manifestación del Día del Orgullo Gay

nacho blanco REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Cristina Cifuentes insinúa que la marcha puede no contemplarse «dentro del derecho de reunión»

06 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El paseo que el colectivo de gais, lesbianas, transexuales y bisexuales se dio ayer en Madrid con motivo del Día del Orgullo, con un recorrido que iba desde Atocha hasta la plaza de Colón, fue pródigo en fiesta y también en declaraciones. De hecho, la delegada del Gobierno en la capital, Cristina Cifuentes, dudó de que la marcha se pueda enmarcar «dentro del derecho de reunión», cuestionando el carácter de manifestación del evento.

Parece ser que lo que ha sentado mal es el desfile de carrozas. «Eso no es derecho de reunión, es otra cosa. Pero como tiene ese componente reivindicativo, es un acontecimiento a caballo entre ese derecho y algo más lúdico», sentenció Cifuentes.

Ya se había producido cierta polémica sobre el trazado del desfile. En un primer momento la organización del Orgullo quiso que fuera la Gran Vía madrileña el punto neurálgico de la marcha, a lo que la Delegación del Gobierno se negó alegando motivos de seguridad por el número de carrozas, vehículos que impedirían actuar a los servicios de emergencia, según precisó Cifuentes. Finalmente, la delegada madrileña -tras consultar un informe municipal sobre seguridad- optó porque los participantes discurrieran por el paseo del Prado, trazado que motivó las quejas de varios empresarios de la noche madrileña.

Cifuentes aseguró que no existen dos varas de medir a la hora de permitir actos como el Orgullo, aunque se mostró perpleja «porque una celebración deportiva no entra dentro del derecho de reunión». Sin embargo, la delegada madrileña alegó que la última palabra en la organización de este tipo de eventos «que supone la utilización del espacio público, corresponde a los ayuntamientos».

Lo que sí ha habido han sido respuestas veladas a las declaraciones de Cifuentes sobre la marcha, especialmente a través de las redes sociales. Desde Facebook, la socialista Elena Valenciano reivindicó el espíritu de la marcha como un «soplo de fuerza» para los homosexuales, que en muchos lugares del mundo son «aislados e incluso perseguidos, agredidos y asesinados por ser como son».