¿Podemos aprender a ser optimistas?

La Voz BELÉN ESCUDERO | EFE

SOCIEDAD

Según los especialistas, los españoles somos expertos en entrenar la imaginación para sentirnos más ilusionados ante los problemas

07 jun 2014 . Actualizado a las 00:08 h.

La ilusión, las ganas o el ímpetu se pueden aprender y para ello es básico entrenar la imaginación, y en eso los españoles somos pioneros, pero para despertar ese conjunto de sensaciones, pensamientos y actitudes nos hace falta, tal vez, según los expertos, tener más confianza en nosotros mismos.

Lo dicen muchos de los cerca de 200 especialistas en psicología, psiquiatría, profesionales del mundo de la cultura, el arte o la educación que asisten hoy a la primera jornada sobre la ilusión, que organiza el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid y la fundación ONCE, en el Instituto Cervantes.

En estos momentos de crisis económica y de valores que estamos padeciendo, según dicen los expertos, es fundamental tener ilusión por el futuro, por las cosas que nos rodean, porque despierta las mejores cualidades que tienen las personas.

De ahí que sea necesario, según ha señalado a Efe la coordinadora del encuentro, Lecina Fernández, buscar las fórmulas para recuperar y afrontar los nuevos retos que nos esperan.

A la imaginación se puede llegar, según la psicóloga clínica, por estímulos que nos vengan de fuera o por internos, es decir por ideas propias o sensaciones.Es difícil enseñar a imaginar, pero a través de ejercicios se puede hacer y cuanto más lo ejercitas es más fácil llegar a la imaginación y la ilusión. Hay que pasar a la acción, es necesaria, según la experta, para conseguir una serie de deseos y llegar a la ilusión y ese camino se traza con las denominadas leyes de asociación, de contraste o de semejanza.

Por ejemplo, ¿saben como llegó a dirigir Howard Hawks el mítico western Río Bravo?, ¿cómo llegó a imaginar el personaje central?. Hawks no tenía intención de hacer esa película, pero cuando vio la de «Sólo ante el peligro» se dio cuenta de que había ciertas respuestas del sheriff que no le parecían adecuadas, entonces decidió realizar otro filme con un enfoque totalmente distinto de ese personaje.

Ahí funcionaron las leyes de contraste, según Lecina, pero ¿qué «leyes» puede aplicar en estos momentos un español de a pie, sin trabajo, parado y viviendo una situación económica francamente mala?.

La psicóloga responde: «No enfocar la ilusión sólo con el trabajo porque hasta que no lo tenga no la recuperaré. Las personas podemos tener sentimientos de tristeza, desolación y desesperación por el paro, pero la ventaja que tenemos los seres humanos es que podemos yuxtaponer emociones y situaciones».

«Puedo estar preocupado por el trabajo -continúa-, pero también ilusionado con que mi hijo ha aprendido a escribir la letra »a« o que va a salir en el festival de final de curso o porque voy a ver a un amigo con el que no quedo desde hace tiempo».

Los seres humanos podemos tener distintas emociones; es como si tuviéramos distintas capas, una triste por el trabajo y en paralelo otras que me estimulan y me pueden ayudar para el trabajo.

Ahora, por tanto, con la crisis, lo importante es fijarse pequeños objetivos y pasar a la acción ó en pequeñas cosas de la belleza que nos envuelven en el día a día, de las personas, amigos, la naturaleza...

Y ¿cómo puede jugar España con su potencial de creatividad para que emane la ilusión?. «En este sentido, España -dice- va por delante y eso no lo estamos cuidando. Me gustaría que hubiera una asignatura relacionada con la ilusión, la motivación, la creencia en uno mismo porque eso se aprende. El talento no se puede enseñar, pero si podemos entrenar a hacer las cosas bien, y cuando esto pasa nos ilusionamos».