Gonzalo Sotelo: «Antes el menor era siempre la víctima, hoy puede ser víctima o infractor»

María Santalla REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

«En familia hay que hablar y pactar el uso de los dispositivos», opina

17 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Además de ocuparse de perseguir los delitos que se cometen a través de Internet, el equipo de investigación tecnológica de la Guardia Civil recorre los centros de enseñanza gallegos dando charlas para formar a los jóvenes sobre los peligros que esconde la Red. Su responsable, Gonzalo Sotelo, cree en la prevención y la educación como armas para combatir los delitos asociados a las nuevas tecnologías.

-Las nuevas tecnologías están cada vez más asentadas en la sociedad, ¿eso implica que son más o menos peligrosas?

-La evolución de las nuevas tecnologías no trae ningún peligro en sí misma. Lo que sí entraña peligro es el desconocimiento del medio o la falta de educación, sobre todo cuando hablamos de menores.

-Los padres desconocen muchas veces ese mundo y los niños parecen haber nacido sabiéndolo todo, ¿es ese un problema a la hora de abordar la relación de los adolescentes con la tecnología?

-Desde mi punto de vista, el problema es creer que un niño sabe utilizar las nuevas tecnologías. Un niño no sabe utilizar las nuevas tecnologías, porque si no, no habría problema. Sabe utilizar aplicaciones móviles, sabe entrar en el Tuenti, utilizar el WhatsApp, pero no conoce las nuevas tecnologías. De hecho, yo reto a cualquiera a que le abra a un niño un procesador de textos y que lo ponga a hacer un texto. No saben. El problema está en pensar que los niños saben usar las nuevas tecnologías y que nosotros no sabemos.

-¿Cómo deben actuar los padres?

-Lo primero es enfrentarse a las nuevas tecnologías desde la normalidad. En la familia hay que hablar, hay que enseñar, hay que pactar el uso de los dispositivos igual que pactamos que el niño no pueda ver la televisión los días de semana a partir de las nueve. A lo mejor tenemos que pactar que le compramos el teléfono móvil, le instalamos el WhatsApp, pero él tiene que tener el teléfono a la vista. Es más un tema educacional que de postergarse en las nuevas tecnologías.

-¿Qué edad es buena para que los niños tengan su primer móvil?

-Desde mi punto de vista es muy complejo decir una edad. Es muy complicado porque cada niño es un mundo. Es cierto que cada vez se adelanta más la edad a la que los niños acceden a los dispositivos móviles; ahora un niño hace la primera comunión y le regalan una tableta. Desde mi punto de vista es un poco exagerado, pero ya que estamos en ese punto, por lo menos deben conocerse los peligros que existen en Internet. Empezar a controlar y a moverse de una forma más moderna. A cualquiera si le paran por la calle y le preguntan cómo se llama y dónde vive, no lo dice, porque desde que naces ya te lo inculcan. Sin embargo, esos mismos niños que no dicen cómo se llaman en la calle, en Internet sí lo dicen. Yo creo que es una cuestión educacional. Ahora el peligro no es que te pare un desconocido en la calle, que puede haberlo, pero el peligro al que están más expuestos los chavales son todos esos datos en Internet.

-¿Realmente se encuentran con muchos casos delictivos en los que haya menores implicados?

-Se dan casos, bastantes casos, muchos más de los que quisiéramos ver. Y el problema es que el peligro existe. Por tanto, si puedes evitarlo, intenta evitarlo. Es como si te hago la pregunta ¿es peligroso andar en el coche? En principio no tiene por qué serlo, pero hay golpes, hay accidentes, pues vamos a intentar conducir un poco mejor.

-¿Cómo detectar que un niño tiene problemas?

-Al principio es un poco complicado, porque el niño tampoco suele decir mucho. Cada padre conoce a su hijo, y sabe si baja su rendimiento escolar, si está demasiado despistado, si se echa muchas horas en la habitación, se levanta con ojeras, está siempre pendiente del teléfono móvil. Hay pistas que sí nos pueden apuntar a que puede haber un problema. Luego hay casos que pueden arreglarse en familia, en otros es necesario acudir a un profesional, y si se trata de un caso en el que pueda haber un delito, un caso de sexting o de acoso escolar, evidentemente ponerlo en conocimiento de las fuerzas y cuerpos de seguridad.

-Verán casos de delitos, y también se encontrarán adicciones.

-Por lo general, cuando intervienes porque hay un problema delictivo, casi siempre te encuentras con un caso de adicción a las nuevas tecnologías asociado. Yo no soy psicólogo, y no puedo hablar desde el punto de vista terapéutico de una adicción. Lo que sí puedo hablar es de que el niño que tiene problemas está realmente enganchado con las nuevas tecnologías. De hecho, lo usual es que al poco tiempo los detectes otra vez dándose de alta como usuarios, con otro nombre, porque siguen en esa vorágine.

-Realmente ¿es fácil delinquir en Internet?

-Más que es fácil delinquir, existe una sensación de impunidad, no pueden saber lo que estoy haciendo, nadie sabe quién soy, una falsa sensación de impunidad que empuja un poco más a la parte oscura. A lo mejor los despisto haciéndolo por aquí por Internet, o a través del correo electrónico. Realmente sí existe esa impresión en los usuarios.

-En el caso de delitos que afectan a menores, ¿suelen venir por parte de otros menores o de adultos?

-Vamos a ver, esto ha evolucionado un montón. Yo me acuerdo el primer caso que llevé yo de nuevas tecnologías con menores por el medio fue en el año 99. En esa época el menor siempre era la víctima del delito. El delito lo cometía el adulto y la víctima era el menor. De un tiempo a esta parte esto está cambiando. Hoy en día el menor es tanto víctima como el propio sujeto activo de la infracción penal, yo diría que a partes iguales.