Hasta ahora uno de los primeros requisitos para obtener la compostela era peregrinar por motivos religiosos o espirituales «o al menos con actitud de búsqueda». Ese será el principal cambio del nuevo documento, aunque se especificará en la credencial el motivo. Los otros criterios se mantienen estables. Es necesario caminar al menos los últimos cien kilómetros o hacerlos a caballo, mientras que si se realiza en bicicleta se requieren 200 kilómetros para lograr la acreditación. También se debe visitar la tumba del Apóstol, que es el motivo último de la peregrinación.
El caminante lleva durante todo el recorrido una credencial en la que debe ir recogiendo sellos por aquellos lugares por los que pasa, al menos dos veces al día en los últimos cien kilómetros, o 200 en el caso de los ciclistas. Lo más aconsejable desde la Oficina del Peregrino es que se recurra a iglesias, albergues, monasterios..., pero en caso de no encontrar suficientes también valen ayuntamientos o cafeterías, que en los lugares por los que pasan los caminos tienen el sello. El Camino también puede recorrerse por etapas, y en esos casos también se obtiene la compostela siempre que estén ordenadas geográfica y temporalmente. En cuanto a los niños, si son pequeños se les da un certificado alternativo, y si son muy bebés puede incorporarse su nombre a la compostela de sus progenitores.
El 87 % lo hacen a pie
Los datos estadísticos de la Oficina del Peregrino recogen que la inmensa mayoría de los caminantes recorren las rutas a pie. En el balance del 2013 se refleja que lo hicieron así el 87,17 %, frente a un 12 % en bicicleta. Una pequeña cifra lo hizo a caballo, y la entidad también recoge a 66 peregrinos que iban en silla de ruedas. Las procedencias de los caminantes son tan diversas que los españoles no llegan al 50 %. Alemanes e italianos superan el 7 %, pero las nacionalidades se cuentan por decenas. En el 2013 llegaron peregrinos de Uganda, Comores, Qatar, Indonesia, Moldavia, Madagascar, Guyana o Groenlandia entre muchas otras.