Ana Pastor: «Si puedo le levanto un invitado a mi marido»

María Vidal Míguez
María Vidal LA VOZ

SOCIEDAD

En casa de Ana Pastor y Antonio Ferreras se cuecen dos de los programas de La Sexta, por lo que la tensión está servida

27 abr 2014 . Actualizado a las 13:22 h.

A sus 36 años, Ana Pastor (Madrid, 1977) tiene un currículo de infarto. Ha entrevistado a personalidades de la política, de la cultura y del deporte a nivel nacional e internacional. Tiene pendiente sentarse con el presidente del Gobierno o con Angela Merkel, pero asegura que nunca se rinde. Aunque su estilo directo e incisivo da mucho que hablar, dice que no es nada comparado a lo que hay en otros países, por ejemplo, Reino Unido.

-¿Es «El Objetivo» un programa hecho a tu medida?

-Sí, yo creo que es un programa al que todavía le queda por evolucionar. Es verdad que yo no quería hacer cualquier cosa, ni trabajar en cualquier sitio o involucrarme en cualquier proyecto, y lo he adaptado a lo que a mí me gusta. Hay información, hay entrevista, intentamos quitar la opinión, no en el sentido de la verdad pura y dura y de que nosotros solo contamos los datos de manera fría, sino en el sentido de que no es una tertulia.

-¿A quién te gustaría llevar que todavía no haya ido?

-Al presidente del Gobierno desde luego, y en el mismo nivel en el ránking a Angela Merkel. Creo que son dos personajes muy necesarios para explicar cosas que están pasando en nuestro país y fuera, y que de alguna manera dirigen nuestras vidas, uno porque lo han elegido los españoles y la otra porque da la sensación de que ha elegido dirigirnos.

-Ya lo habréis intentado...

-Sí, pero nunca me rindo.

-De todas las entrevistas que has hecho, ¿cuál ha sido la más tensa?

-Siempre pienso en la de Alfonso Guerra de los Desayunos de TVE, fue una de las más desagradables, apenas me miraba no quería responder a nada de lo que tuviera que ver con el PSOE. Yo no entendí muy bien por qué había aceptado la entrevista en una semana en la que se hablaba mucho del partido socialista, pero luego le he visto en otros programas y no ha sido así. Otra que no fue de mis mejores entrevistas fue la de Esperanza Aguirre en El Objetivo, ni por mi parte ni por la suya estuvimos bien. Yo creo que de estas cosas se aprende, son entrevistas con un punto más de intensidad de lo habitual. Comencé haciéndole un guiño a los compañeros a los que ella les bailó un chotis cuando le preguntaron porque no había declarado ante el juez Ruz, y lo primero que hizo fue calzarme un guantazo diciéndome que a mi programa no quería venir nadie.

-También entró en temas personales, ¿cómo llevas que te ataquen con preguntas cuando tú eres la que entrevista?

-Es una táctica dialéctica que he visto también en algún líder internacional, pero no es tanto eso lo que me puedo molestar sino la alusión personal a la posibilidad de que yo hubiera sufrido un aborto en directo. Creo que una política de su talla no debe entrar en una cosa tan personal sin saber si yo he tenido un aborto o no, y hacer una broma con eso me parece muy desafortunada, pero no tuvo tanta repercusión como la intensidad de mis preguntas, lo cual también es sorprendente porque si en un país de los que nos rodean una política hace una broma como esa a una periodista quizás hubiera tenido otra repercusión.

-RTVE, CNN y La Sexta no tienen nada que ver, ¿quizás aquí te sientes más a gusto?

-Me siento exactamente igual. Yo creo que es un buen recorrido, ¿qué tiene que ver RTVE, La Sexta o CNN? Pues yo he trabajado en las tres y ahora mismo en dos de ellas, y creo que la ventaja es que me dejan hacer el mismo periodismo en los tres sitios, bueno en TVE no me dejaron y acabó como acabó la cosa.

-Que no fue poco....

-Yo quería seguir en TVE, yo no decidí dejar los Desayunos, ellos me cesaron, no me ofrecieron nada y no iba a estar cobrando un sueldo que me pagaron todos los españoles en el peor momento de crisis de este país para no hacer nada, para mí eso es impensable. Además no sé si alguien piensa que yo puedo trabajar bajo unas directrices y que me digan cómo hacer las entrevistas o qué preguntas puedo o no puedo hacer.

-Como periodista, dejando al margen la amistad que os une, ¿qué te parece la que se ha liado por el reportaje de Évole?

-Me parece un absurdo, yo creo que si los problemas de la profesión periodística en España se llaman Jordi Évole, ¡Bendito problema, ojalá hubiera un Jordi Évole no solo en España sino en más sitios! Parece una broma que estén pasando cosas como las que pasan y no vea una revolución y parezca un problema que Jordi Évole haga un documental en el que además explicó al final -porque si no lo hubiera hecho entiendo el revuelo- de qué iba la cosa.

-¿Cuál es la noticia que más te ha sorprendido últimamente?

-Tengo una gran capacidad de sorpresa, pero te diría que la de Esperanza Aguirre, me parece todo un delirio, la reacción, la que se ha montado...

-¿Alguna vez has apagado la tele de indignación?

-No, muchas veces cuando acaba el programa y empieza el de Jordi escriben en Twitter: ?Me voy a acostar otra vez cabreado?, y yo siempre pongo: ?Cabreado sí, pero informado también?. Yo creo que un ciudadano bien informado, da igual a quién elija, hará mejor este país. Y como para mí es una obsesión tener un país mejor, porque tengo hijos y porque creo que los ciudadanos se merecen un país mejor, creo que estar más informado te ayuda a tomar mejor las decisiones, y no voy a apagar la tele, prefiero la verdad aunque duela.