¡Los casados triunfan más!

Lúa Castro

SOCIEDAD

Ángel Manso

Un estudio de la Universidad de Nueva York apunta que la filosofía de las abuelas sigue funcionando: si se está solo o sola se pierde atractivo

07 abr 2014 . Actualizado a las 11:03 h.

«Yo ligo. No entiendo por qué, pero ligo. Y eso que paso mil del tema, pero creo que tiene más que ver con que siempre queremos lo que no podemos tener. Si estás casado, no quieres ligar. Eres single y quieres ligar, pero no comprometerte. Pues cuando no quieres es cuando más te entran...», explica Silvia una soltera de 40 años ante su amiga de la infancia, casada desde hace décadas, y cuando se les plantean a ambas los resultados del estudio de la Universidad de Nueva York que concluye que la mejor arma de seducción es dejar patente que el corazón está, aunque sea solo teóricamente, comprometido.

«Yo creo que atraes a la gente cuando llevas encima la tranquilidad de que solo sales a pasarlo bien y no hay tensión de buscar nada de nada. La clave está en la actitud que como el resto de la vida, lo es todo», explica Aurora Senín, casada de 40 años, que casi nunca entiende los quebraderos de algunas de sus amigas solteras. «La filosofía de las abuelas sigue funcionando: a nuestra edad, que es estupenda, el que busca como un desesperado es por algo, generalmente malo», concluye.

«La desesperación huele mal»

Sin conocerlo, Manuel, también comprometido, tiene la misma teoría que el estudio dado a conocer esta semana y que corrobora algo que ya está en la calle y en los esquemas mentales de personas de casi todas edades: «Queda mal decirlo pero es así, es como cuando vas a buscar trabajo: si ya tienes, das una imagen mucho mejor... Aparte la desesperación se huele», dice Ana, una soltera que acaba de cumplir los 26, tiene pareja y mucho éxito que no busca y a veces casi le resulta molesto. «No entiendo a los tíos que se te acercan, les dices que no estás interesada y es como si les gustases más todavía», se queja.

Para colmo la investigación de la Universidad de Nueva York que echa por tierra el mito de los impares o singles indica que el 45,8 % de las personas con pareja estable practican sexo entre dos y tres veces por semana. Solo el 8% de los solteros roza estas estadísticas. «A veces creo que estoy regresando a la adolescencia en el plano sexual, pero realmente es una elección personal, porque yo quiero vivir sola y salir a ligar no va conmigo», explica Dolores, una coruñesa que ya se ha resignado a contentarse con las «decenas» de propuestas que recibe en las redes sociales, donde, curiosamente la tendencia se invierte.

En los bares, las oficinas o las discotecas solo hay un 1 % de hombres comprometidos, y el 3 % de las mujeres en el mismo estado, según aseguran los investigadores americanos, dicen no haber tenido un encuentro íntimo en el último año. Frente a estos datos, el porcentaje de los singles que no se habían comido una rosca durante doce meses se elevaba al 23 %, en el caso de ellos, y al 32 %, en el caso de ellas.

Para las mujeres hay dos teorías: una podría ser el síndrome de Jennifer Aniston, incansable a la hora de buscar un candidato para pasar por el altar; otro, el de Ana Obregón. Dolores se apunta directamente a la segunda: «La mayoría de los tíos desconfían de las mujeres que no están interesadas en tener pareja».

El deseo masculino

Los psicólogos explican que buena parte de los hombres responden a un patrón mucho más clásico y que dejaría fuera de juego a las mujeres sin compromisos: «Muchos solo desean a mujeres que no son totalmente suyas o que puedan tener otros amantes, se trata de individuos que siempre se fijarán en las esposas o novias de otros, salvo si están con una pareja que saben que les es infiel», detalla Manuel Fernández Blanco, psicólogo clínico de Chuac y psicoanalista.

Para finiquitar el mito de los solteros el estudio elaborado por la Universidad de Nueva York apunta que las parejas que entrevistaron y estudiaron les aseguraban que la autoestima que les daba compartir la vida con otra persona les llevaba a ser más abiertos en el plano sexual y a experimentar más en la cama.