La firma Siete Mares comercializa envases con líquido de las Rías Baixas
02 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Si los productos procedentes del mar polarizan parte del atractivo gallego en Alimentaria, tanto a través de las industrias conserveras como de congelados e incluso en talleres como el que ayer impartió el chef Pepe Solla, llama la atención que en la feria catalana se comercialice incluso el propio medio, es decir, el agua del mar de las Rías Baixas, producto con el que ha irrumpido la firma Siete Mares. Lo que ha hecho es envasar una vieja costumbre de los pueblos ribereños, consistente en cocinar con agua marina, aunque esta es sometida a un proceso de purificación y microfiltrado en frío natural. La firma de Meaño oferta el líquido, válido para cocinar y otras aplicaciones, en envases de cartón.
La actriz Paula Vázquez, imagen de la bodega Marqués de Vizhoja, también fue ayer protagonista, ya que hacia ella se orientaron todos los focos en la presentación de los nuevos licores de la empresa que tiene por sede el pazo de A Moreira, en Arbo. La ferrrolana realizó todo un canto a Galicia, y puso de relieve que el aguardiente es su licor preferido de la gama que elabora la familia Peláez, cuyos dos hermanos y propietarios de la firma, Jorge y Javier, acompañaron a la televisiva en el acto público.
Ameno, divertido y lleno de los sabores del mar de Galicia fue el taller de Pepe Solla titulado «Expresionismo gallego» que impartió ayer un foro por el que durante los cuatro días de la feria acabarán pasando medio centenar de chef estrellas Michelín. El de Poio descubrió los secretos de la nueva cocina gallega, que no son otros que el producto de primera calidad, centrándose en los pescados, las temperaturas adecuadas y tiempos de cocción.
La marca Galicia también quedó patente en la entrega de los premios a los mejores quesos de España, donde hay tres gallegos ganadores: las queserías Castelo de Brañas, Alimentos Ruta Xacobea y Crisanto. Igualmente, hubo acción en el expositor de Estrella Galicia, donde el piloto Alex Rins firmó autógrafos y se animó incluso a tirar cañas.