«Raciño» regresa a casa

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

SOCIEDAD

La foca macho que apareció en Carballo llegará mañana al Gran Sol

18 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Regresa a casa después de dos meses y medio de estancia en Galicia. Raciño, el ejemplar macho de foca gris encontrado en el arenal carballés de Razo el 8 de enero, emprendió en la mañana de ayer rumbo de vuelta a casa, el Gran Sol. Pero no lo hizo a nado, sino de forma plácida y segura a bordo del Ferreira Martínez.

Técnicos de la Coordinadora de Estudos de Mamíferos Mariños (Cemma) trasladaron el lobo marino en una caja de mimbre especialmente habilitada para la ocasión, desde la piscina del IGAFA, en A Illa, hasta el puerto de Marín. A las 10.30 horas comenzaba el izado del recipiente de mimbre con Raciño en su interior a bordo del pesquero. A este ejemplar de foca gris le quedan en teoría 24 horas más de cómoda travesía antes de su suelta definitiva en aguas del sur de Irlanda, de donde partió hace más de dos meses rumbo a la Costa da Morte arrastrado por los sucesivos temporales.

Y es que Raciño -los técnicos de la Cemma bautizan a los animales varados con el nombre del lugar en los que fueron localizados- fue uno de los casos más mediáticos de la Costa da Morte, junto con el de la foca Mariano, que apareció en el puerto de Malpica y murió escasas semanas después de su avistamiento.

El ejemplar de foca gris apareció en Razo. Estaba desorientado, magullado, con múltiples heridas por todo el cuerpo y un ojo severamente dañado. Procedía de las colonias de cría de foca gris situadas al sur del Reino Unido e Irlanda. Pesaba 17 kilos y presentaba un aspecto deplorable. Había sido arrastrado por los sucesivos temporales y ciclogénesis que azotaron el Atlántico. Las probabilidades de supervivencia eran escasas. El animal se negaba a regresar al mar por lo que los técnicos de la Cemma optaron por trasladarlo a la uci que la entidad tiene en Nigrán, ya que el centro de Ferrol estaba saturado.

En la uci estuvo algo más de tres semanas. Los técnicos procedieron primero a curarle las heridas y a suministrarle vitaminas y antibióticos. Poco a poco fue saliendo adelante gracias a los cuidados de los biólogos, hasta que completó su primera fase de recuperación. Una vez que las heridas curaron comenzó la segunda fase. Pasó al Instituto Galego de Formación Acuícola, en A Illa de Arousa.

Como si de un deportista de élite se tratara, el lobo marino permaneció a cuerpo de rey durante un mes en una piscina de diez metros cuadrados y cinco de profundidad. Comía buen pescado gallego del que, según los técnicos, daba buena cuenta. Iba ganando peso con facilidad. Al mismo tiempo fortalecía sus extremidades y preparándose para lo que se le avecina a partir de mañana. Raciño engordó 18 kilos. Después de comprobar los técnicos que su estado de salud es óptimo y sus heridas, cicatrizadas, entendieron que es el momento del adiós. Raciño regresa a casa y aunque no sea consciente de ello en alguna parte del sur de las Islas Británicas se puede decir que hay un oriundo de Bergantiños.

Este ejemplar macho de lobo marino engordó 18 kilos en dos meses y medio