Más pobreza en España en los próximos cinco años

EFE

SOCIEDAD

Una investigación del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud augura que las rentas reales de las familias seguirá debilitándose y que aumentará el número de hogares con serias dificultades económicas

06 feb 2014 . Actualizado a las 19:26 h.

Las rentas reales de las familias seguirá debilitándose en los próximos cinco años, a lo largo de los cuales aumentará el número de hogares con serias dificultades económicas y en condiciones de pobreza extrema. Lo auguran varios expertos en una investigación del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, La sombra de la crisis. La sociedad española en el horizonte de 2018, que recopila las opiniones de once expertos en ciencias sociales con el objetivo de conocer los futuros impactos de la crisis económica y el escenario próximo de las relaciones generacionales en España. Las conclusiones del estudio no son una visión «completa ni determinista» del futuro ,sino que son «proyecciones razonables y razonadas», según indica el director técnico de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), Eusebio Megías, organización promotora del Centro Reina Sofía.

Analizado el contexto económico actual, la investigación indica que el PIB por habitante hasta el 2018 se mantendrán en niveles anteriores a los del 2007 y que el modelo de crecimiento español, basado fundamentalmente en la construcción, se agotará sin ser sustituido por otro alternativo. El panorama en el próximo quinquenio se caracterizará, dicen los expertos, por la precariedad en el empleo y la flexibilización contractual, lo que propiciará trayectorias laborales más frágiles y un debilitamiento de las protecciones sociales de los trabajadores.

El paro seguirá por encima del 20 %, según los expertos

Las rentas reales de los hogares se reducirán «de forma considerable» por el desempleo -que en el 2018 indican los expertos que seguirá por encima el 20 %- por lo que la situación de las familias continuará debilitándose. La brecha social entre familias aumentará, pero estas, a pesar de todo, seguirán siendo el colchón que trate de amortiguar los efectos de la crisis económica, con lo que se registrará un claro aumento de hogares «multigeneracionales». En este sentido, los mayores asumirán el sustento y los jóvenes el cuidado, fundamentalmente las mujeres, de hecho, el porcentaje de ellas, de entre 18 a 34 años, que no se habrá independizado se situará casi diez puntos por encima de la media europea.

Los expertos también opinan que persistirá una «fuerte» desigualdad de género en el reparto de las tareas del hogar y que en los próximos cinco años se reducirán las políticas sociales y de dependencia, ya que la investigación destaca que los recursos dedicados a este ámbito serán «escasos». Esta situación provocará que los valores morales reciban un mayor apoyo formal por parte de todos los grupos de edad y será la familia lo más valorado «por encima de cualquier otra institución».

Aumentará el respeto a los derechos civiles, al matrimonio homosexual y a las nuevas formas de convivencia, al tiempo que crecerá el valor de la cooperación como un mecanismo de subsistencia y de resiliencia y se mostrará el «explícito repudio» de la ciudadanía a la corrupción y a las mentiras. En relación a la política, el estudio muestra un debilitamiento del bipartidismo y que los jóvenes se sentirán cada vez menos representados por los partidos, con lo que esta desafección política alimentará nuevas formas de movilización social.

Así, la participación social de los jóvenes será mayor, de hecho, los expertos consideran que su identidad social pasará de la acepción de «pasota» a un perfil más activista y comprometido con la realidad en la que viven ante este panorama. Con una baja tasa de ocupación juvenil, se decantarán por continuar su formación o por emigrar al extranjero.

En general, las diferencias en la escala de valores dependerán de la pertenencia a una clase social determinada, más a que a las diferencias generacionales. El compromiso de la juventud será un indicador de una mayor exigencia de regeneración política y se apoyará en un marco de movilización permanente, manteniendo la influencia moral los que organizaron el movimiento 15M, por tanto, «los jóvenes serán el motor de las movilizaciones». No obstante, estas movilizaciones no supondrán previsiblemente ninguna confrontación social grave, dicen los expertos.