Una cena en la que lucir el arte de ser buen anfitrión

Redacción / La Voz

SOCIEDAD

Con menús sencillos o más complejos, la cena de Nochevieja es también una fiesta abierta a los amigos y conocidos

28 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

En Nochebuena se reúne la familia más o menos extensa, pero para despedir el año la mano se abre y uno sienta a su mesa a amigos, padres de los amigos y hasta vecinos. Es una fiesta divertida donde la intimidad del día 24 se sustituye por el dorado de la celebración y el rojo de esa tradición italiana que poco a poco se ha ido imponiendo en los hogares españoles.

Por eso, para la Nochevieja, el menú es importante pero sobre todo lo es la presentación, la puesta en escena, al igual que la decoración de la mesa y de la casa, los planes para después de las uvas y hasta para la madrugada, donde tradicionalmente se servía sopa de ajo.

Es el momento perfecto para demostrar que uno es un gran anfitrión. Para eso, hay que cuidar los detalles y olvidarse de los gustos propios. ¿Que a Luisita le molesta el incienso? Pues se ponen velas; ¿que a Manolo le gusta sobre todo el vino de Toro? Pues no puede faltar.

En cuanto a la decoración, es el momento de sacar lo brillante. No es necesario que tenga gran calidad -los bajoplatos pueden ser incluso de papel- pero importa que haya una armonía donde prime el ambiente festivo. Un regalo mínimo y divertido a cada comensal será, sin duda, el toque definitivo.