Iván Ruiz:«El psicoanálisis respeta la investigación del autista»

Sara Carreira Piñeiro
sara carreira REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

El próximo viernes presenta en A Coruña su documental «Otras voces», una visión del autismo desde «dentro»

08 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Si hay algo que le cuesta a un autista es relacionarse por medio de la palabra, y si hay algo que caracteriza al psicoanálisis es precisamente el valor que le da al lenguaje, de ahí que fusionar ambos es cuando menos sorprendente pero, al parecer, muy efectivo. El viernes a las 19 horas en la Fundación Novacaixagalicia (Cantón Grande, 24 A Coruña, teléfono 981?185?060) se exhibe, con entrada libre y gratuita, el documental Otras voces, realizado por el psicoanalista Iván Ruiz, seguido de un coloquio.

-En el documental habla un asperger de cómo se siente.

-Sí, Albert, un chico de 20 años que le interesa especialmente el lenguaje. Y hablan padres y abuelos, y psicoanalistas. Explicamos que los psicoanalistas siempre estamos inventando para llegar a cada niño, porque entendemos que el sujeto es un enigma y no valen los protocolos.

-¿Cómo puede ayudar el psicoanálisis a los autistas?

-Un autista no va a tumbarse en el diván y hablar de su padre y de su madre. Pero sí se puede aplicar el psicoanálisis para paliar la angustia de esa persona. Entendemos que la consulta es un espacio de libertad en el que el autista se expresa y nos permite saber en qué punto está y ayudarle a construir su cuerpo.

-Un ejemplo.

-A un paciente solo le interesaban los números, pero no el concepto, sino la silueta, sus formas. Los iba juntando por parejas y empezó a dibujarse la mano y después el cuerpo. Fue su acceso a la construcción de su propia silueta, ya que los niños autistas no suelen reconocerse en los espejos.

-Pero es difícil para una familia aceptar que un niño esté «obsesionado» con una sola cosa, y por eso le «obliga» a que se interese por lo demás.

-Creo que a veces la terapia conductista no tiene en cuenta el sufrimiento del niño, que es mayor cuando se intenta cambiar su conducta; para él, el control absoluto de esa parcela [ver cómo gira una cosa o golpear algo] le permite poner algo de tranquilidad al ruido, al caos que le supone el mundo. En cambio, el psicoanálisis respeta la investigación del autista: si vemos a un físico tirar una piedra durante seis horas seguidas, atento a cualquier cambio, no le decimos nada; pues eso es lo que hace un niño autista, investigar, analizar, descubrir, y a partir de ahí puede llegar a otras cosas.

-¿A relacionarse con el otro?

-Es difícil que se relacionen de una forma «normal». En los mejores casos se comunican por la palabra, pero no dialogan. Pero sí conseguimos que se construyan como personas y manejen ideas abstractas. Son pasos. Sin lo primero es imposible comunicarse con los demás.

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