El Papa pide a los sacerdotes que no «maltraten» a los fieles cuando les den la confesión

Europa Press

SOCIEDAD

Anima a vencer la vergüenza y confesarse: «Es mejor ponerse rojo una vez que cien veces amarillo»

20 nov 2013 . Actualizado a las 19:33 h.

El papa Francisco ha pedido a los sacerdotes que no «maltraten» a los fieles cuando administren la confesión, un sacramento que deben ofrecer con «el corazón en paz» durante la audiencia general de los miércoles en la Plaza de San Pedro. Así, el pontífice ha insistido en que «el sacerdote, un hombre que como todos tiene necesidad de misericordia, es, a su vez, instrumento de reconciliación para sus hermanos» por lo que «si no está en esta condición es mejor que no administre este sacramento».

De este modo, ha dedicado su catequesis semanal al perdón de los pecados, que forma parte de la «potestad de las llaves» que Jesús dio a sus Apóstoles. Por ello, ha precisado que los sacerdotes han de tener «el corazón en paz para sembrar esperanza, y humildad para recibir al pecador que se acerca a él como al mismo Jesús». Además, el papa ha explicado que «el servicio que el sacerdote presta como ministro, por parte de Dios, para perdonar los pecados es muy delicado» por lo que es necesario tener el corazón en paz para «no maltratar a los fieles». En la misma línea, les ha dicho es importante que sea «manso, benévolo y misericordioso» y que «sepa sembrar esperanza en los corazones y sobretodo sea consciente que el hermano o la hermana que se acerca al sacramento de la reconciliación busca el perdón y lo hace como se acercaban las personas a Jesús para ser curadas».

«El sacerdote que no tenga esta disposición de espíritu es mejor que, hasta que no se corrija, no administre este sacramento», ha indicado el Pontífice que ha agregado que «los fieles arrepentidos tienen el derecho de encontrar en los sacerdotes servidores del perdón de Dios». A su vez, el Papa ha destacado que la Iglesia «no es la dueña del poder y las llaves, sino servidora de la misericordia» del ministerio de la reconciliación a favor de los hombres, que «acompaña su camino de conversión y se alegra siempre de ofrecer este don divino» porque «Dios ha querido que reciban su perdón mediante los ministros de la Comunidad».

También ha destacado que «muchas personas hoy no entienden la dimensión eclesial del perdón, porque domina el individualismo» e incluso los cristianos lo resienten. En este sentido, ha reiterado que «Dios perdona a cada pecador arrepentido, personalmente», al tiempo que cada cristiano está ligado a Cristo y Cristo está unido a la Iglesia«. En esta línea, el Papa ha insistido en que la confesión debe ser apreciada porque «es un don» que cuida, protege y da seguridad en que Dios ha perdonado. Además, ha asegurado que como Dios no se cansa de perdonar tampoco los cristianos deben cansarse de ir a pedir perdón.

De forma improvisada, el Papa ha animado a los fieles a vencer la vergüenza y acudir a confesarse citando un dicho propio de abuelas: «Es mejor ponerse rojo una vez que cien veces amarillo». El Papa ha destacado que «también los sacerdotes y los obispos deben confesarse» y, como ya ha dicho en otras ocasiones, el «Papa se confiesa porque es pecador» y todos tienen necesidad de misericordia. Ante aquellos que dicen que quieren confesarse directamente con Dios, el Papa ha insistido que «Dios escucha siempre pero en el sacramento de la Reconciliación manda a un hermano a dar el perdón a nombre de la Iglesia» y esto da «seguridad».