Un estudio gallego analiza el rigor del buscador en materia sanitaria
16 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.
Me duele el pecho, mi madre se cansa con demasiada facilidad, mi hijo tiene hinchada la rodilla, mi hija tiene una mancha sospechosa en la espalda... ¿Qué hago?, ¿voy al médico? No. La primera y casi instintiva reacción ante estas y otras consultas de carácter médico es recurrir al buscador más popular de Internet para encontrar una respuesta. Google se ha convertido en Doctor Google y su influencia es tal que, según una encuesta europea del 2010, le pisa los talones al consejo profesional que se obtiene de forma tradicional por medio de las figuras del médico de cabecera, pediatra o especialista.
Pero, ¿Google es fiable o debería, como el tabaco, llevar una etiqueta advirtiendo de que su abuso puede ser perjudicial para la salud? Quizás, aquí sí habría que recurrir al viejo consejo médico: adminístrese con moderación. Y, sobre todo, aprenda a seleccionar en el laberinto de datos y páginas que le aparecerán en pantalla en cada una de las búsquedas. Son algunas de las conclusiones del primer estudio científico sobre el tema realizado por un equipo de pediatras del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago, que salió publicado en PlosOne. Los médicos centraron su trabajo en la búsqueda de una información en concreto, la vacuna del virus del papiloma humano, aunque sus indicaciones son extrapolables, según indica la primera autora, Leticia Pías Peleteiro.
¿Es fiable la información facilitada? La principal conclusión da respuesta a la pregunta: el 45 % de las páginas analizadas no cumplía con ninguno de los doce criterios de calidad y credibilidad que se habían establecido. El rigor científico también dejó mucho que desear, ya que solo un 35 % de las webs citaban las fuentes y las referencias adecuadas. Parece un claro suspenso, aunque en realidad la nota podría ser otra: el alumno progresa, pero necesita mejorar. Porque, a fin de cuentas, Google no solo puede convertirse con un uso adecuado en una herramienta muy útil para recibir asesoramiento médico, sino porque el empleo de este recurso es ahora imparable. «Es algo que no se puede controlar, porque, por mucho que digas o adviertas, todo el mundo va a recurrir a él. En el mundo en el que estamos su uso es inevitable, por lo que lo que tenemos que hacer es utilizarlo adecuadamente y los propios profesionales médicos debemos ayudar a los pacientes e indicarles qué páginas son las más recomendables», subraya la pediatra.