¿Andar o correr? Esa es la cuestión

Sara Carreira Piñeiro
sara carreira REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Los expertos abogan por el «running», aunque recalcan que es obligatorio conseguir un mínimo de forma física para evitar lesiones

11 oct 2019 . Actualizado a las 20:22 h.

Un estudio de la Universidad de Berkeley publicado este verano sobre 75.000 corredores echaba por tierra una idea preconcebida: correr daña las rodillas y las caderas, y produce artritis a la larga. El trabajo asociaba más el riesgo de dolencias óseas al sobrepeso que al deporte.

Esto plantea entonces la duda de qué es mejor, si correr o andar (mejor para tener una respuesta cardiopulmonar buena, un tono físico óptimo y un peso correcto). Hay matices, pero parece imponerse una opinión: correr es perfecto para quienes no tienen lesiones anteriores y no cargan con gran sobrepeso, aunque, y eso lo recalcan los expertos, antes de trotar por los caminos hay que pasar un proceso algo lento pero fundamental para evitar el aburrimiento y, sobre todo, lesiones.

Rafael Arriaza, traumatólogo deportivo, es un fan del running. En su consulta ve a diario a personas sin fondo físico que quieren adelgazar y fortalecerse, y correr es su principal propuesta si no hay una condición médica previa que lo desaconseje. Él ha establecido un camino que resulta (casi) infalible: «Si el paciente tiene mucho sobrepeso, antes se prepara para fortalecer los músculos y estabilizar la pelvis y rodillas en el gimnasio, y así empieza a adelgazar. Después pasa a la bicicleta elíptica, y más tarde sale. Yo soy partidario de que vaya poco a poco, combinando un minuto de paseo con minutos progresivos de trote, porque es fundamental que no se sufra, que se disfrute». Esto tiene la ventaja de que el corredor va mejorando cada día pero está cómodo, por lo tanto no lo deja. «Si vas poco a poco, en año y medio puedes estar corriendo un maratón», dice Arriaza.

Luis Canedo, jefe de Traumatología del Chuac, también es corredor: «Lo necesito, si estoy una semana sin salir me pongo de muy mal humor». Por eso defiende el running, aunque entiende que con mucho sobrepeso es un riesgo inasumible. Primero hay que pasear, mucho -una hora al día, cinco días a la semana, mínimo-, bajar kilos y coger cierto fondo para después «comenzar a hacer tramos pequeños trotando».

Canedo solo le ve un problema al paseo, y es la constancia que requiere y el tiempo diario que necesita, y desde ese punto de vista asume que correr es más práctico: «Para tener la misma forma corriendo que andando, tienes que esforzarte el doble de tiempo»; claro que una vez asumido eso, «pasear no tiene ninguna cosa mala».

Juan Fernández, director deportivo de la Universidade da Coruña, cree que la clave es contar con ayuda profesional: «Hay que saber cuál es el punto de partida, y establecer los períodos de esfuerzo y descanso» porque «todo tiene que ir en el mismo sentido, mejorar la forma física de una manera placentera». Así la persona gana fortaleza muscular y capacidad cardiorrespiratoria pero, sobre todo, «crea una rutina» que le va a cambiar la vida.

Por si todo lo anterior fuese poco, según un estudio de la Universidad Eberhard-Karls de Tubinga (Alemania) el sudor es un antibiótico natural que reduce las bacterias de la piel, por eso quienes hacen deporte están más guapos.

PASEAR

Es más fácil, no hace falta una gran forma física y no necesita equipación.

Requiere mucha constancia y tiempo diario.

CORRER

Requiere poco tiempo, mejora la forma física general y adelgaza más rápidamente; además, genera muchas endorfinas, la hormona del bienestar.

Si se hace mal, uno sufre agujetas y eso lleva al abandono. Hay también un mayor riesgo de lesión.