Un japonés «guarda rencor» a los Juegos Olímpicos por provocar la expropiación de su casa en dos ocasiones

AFP

SOCIEDAD

El hombre ya vio como el los primeros Juegos del país en 1964 sus propiedades formaban parte del proyecto, años después se vuelve a enfrentar a la misma situación

17 sep 2013 . Actualizado a las 22:44 h.

Medio siglo después de que Tokio acogiera sus primeros Juegos Olímpicos en el año 1964, la ciudad se prepara para volver a celebrar un campeonato de este tipo en el 2020, desde que el pasado 7 de septiembre fuese anunciada su victoria por el Comité Olímpico Internacional En Buenos Aires.

Pero no todo el mundo vive con ilusión y alegría estos premios, si no que se lo pregunten a Kohei Jinno. Este ciudadano japonés tuvo que abandonar su casa y su comercio en 1964 para dejar sitio al parque olímpico que rodearía el estadio principal, algo que seguramente le vuelva a ocurrir ya que se le pide que ceda el terreno par la reconstrucción y ampliación de los lugares que acogerán los Juegos Olímpicos 2020.

Junto a este hombre otros 200 hogares del barrio de Kasumigaoka, próximo al estado olímpico, deberán irse a vivir a otro lugar. Una zona donde un tercio de la población tiene 70 años o más. A pesar de que la ciudad les ofrece viviendas en otros tres edificios municipales Kohei Jinno se queja de que «es posible que vaya a un lugar donde será imposible abrir un comercio de tabaco. En ese caso, perdería mi razón de vivir».

Para la ciudad de Tokio, igual que sus primeros Juegos Olímpicos simbolizaban el regreso de Japón al conjunto de naciones tras la Segunda Guerra Mundial, el proyecto olímpico del 2020 ayudará a la zona devastada por la catástrofe que mató a 18.000 personas y provocó un accidente nuclear en Fukushima.

En 1964, la zona experimentó un gran cambio con un tren de gran velocidad, el Shinkansen, una amplia red de carreteras metropolitanas y un monorraíl que finalizaba en el puerto de la capital.

Actualmente, con los Juegos Olímpicos que está por venir se espera una nueva ola de inversiones, aunque de menor amplitud, pero que ayudarán a la economía del archipiélago.

Para empezar, el nuevo estadio olímpico tendrá un coste de 975 millones de euros, que cuenta 80.000 plazas. Una estructura que recuerda a un casco de ciclista o a una cápsula espacial y que está cubierto de un techo retráctil. Además, 20 de los 35 lugares para disputar las competiciones olímpicos serán construidos en terreno ganado al mar para deportes como la natación, el básquet y el hockey sobre hierba. Por otro lado, para la villa olímpica se espera un desembolso de 825 millones de euros.

En definitiva, los Juegos Olímpicos servirán par renovar infraestructuras como carreteras (4.000 millones de euros) y edificios como el de Kohei Jinno, construidos en los años 1950 y 1960, antes de que fueran claramente definidas las normas antisísmicas ahora impuestas.