Los expertos siguen sin determinar el origen de las fugas de Fukushima

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SOCIEDAD

Tras localizar el depósito supuestamente causante del vertido, no encuentran por donde pudieron escapar las 300 toneladas de agua radiactiva

26 ago 2013 . Actualizado a las 22:25 h.

¿Cómo y por qué en uno de los depósitos de agua muy radiactiva de la central de Fukushima hubo una pérdida de 300 toneladas de agua? Nadie lo sabe, ni siquiera la compañía administradora Tepco, que prefiere no hablar demasiado del millar de depósitos similares desplegados dentro del complejo siniestrado tras el maremoto que afectó a Japón. El lunes 19 de agosto, Tepco anunciaba haber descubierto «charcos de agua radiactiva cerca de depósitos», y precisó después que la cantidad fugada era de 300 toneladas. El depósito defectuoso fue localizado, pero no el punto preciso donde se produjo la fuga, que seguramente vertía desde hacía varias semanas y no había sido detectada. Más de un millar de depósitos de varios tipos, que proceden de diversos fabricantes, están ensamblados en zonas despejadas alrededor de la central. Unos 350 de esos contenedores son del mismo modelo que aquel donde se produjo la fuga, y son proporcionados por la empresa Tokyo Kizai Kogyo, confirmó a la AFP un portavoz de Tepco. Por su parte, esta firma rehusó responder a preguntas invocando «cláusulas de confidencialidad con Tepco».

«El pedido fue hecho por un empresa conjunta creada por Tepco y la sociedad de obras públicas Taisei Construction», se limitó a explicar el vicepresidente de Tepco, Zengo Aizawa. Añadió que cada depósito cuesta «varias decenas de millones de yenes» (varios centenares de miles de euros). Estas enormes piezas, de una altura de 11 metros y un ancho de 12 metros, pueden cada una almacenar 1.000 toneladas de agua, la tercera parte de una piscina olímpica. Estos depósitos están constituidos de placas de acero, y son ensamblados y sellados en el mismo lugar, con juntas de caucho expandido. «Esos modelos fueron elegidos porque podían ser entregados y montados rápidamente», admitió Tepco. La «causa de la fuga existe probablemente en otros depósitos», admitió Aizawa en una entrevista televisada. Tepco anunció el sábado que «el depósito donde se produjo la fuga fue instalado inicialmente en otro lugar».

Fue desplazado debido a un hundimiento de la losa de cemento, igual que otros dos depósitos, que tuvieron que ser vaciados por medida de precaución. Sin embargo no se ha establecido una relación de causa a efecto entre estas operaciones y la fuga de agua radiactiva. En el pasado, otras cuatro fugas habían sido constatadas, de menor magnitud, y posiblemente debido a problemas en las juntas.

Solo agua limpia Interrogado sobre la resistencia de los materiales con que fueron fabricados los depósitos a los elementos radiactivos contenidos en el agua, un portavoz de Tepco se limitó a indicar: «estos depósitos no solamente estaban preparados para almacenar agua limpia sino también agua contaminada».

«El agua contaminada procede en parte del agua de mar, y contiene por tanto sal. Y el acero utilizado se oxida fácilmente, por lo que existen riesgos de perforaciones provocadas por la corrosión», aseguró por su lado el profesor Akio Hata, especialista de asuntos de contaminación.

La autoridad de regulación nuclear japonesa calificó de «grave» este nuevo incidente y lo ubicó en el «nivel 3» en la escala internacional de accidentes nucleares (Ines), que cuenta con siete niveles. Esta decisión fue tomada antes de que Tepco anunciara que el agua fugada había probablemente llegado hasta el vecino Océano Pacífico, ya contaminado por enormes cantidades de agua radiactiva procedente del subsuelo de la central y la caída de agua de lluvia contaminada, días después del accidente nuclear en marzo de 2011, tras un sismo y un tsunami en las costas del noreste del país.

Pero algo peor podría ocurrir en otra hipótesis: «si otro maremoto o terremoto se producen, se producirían fugas masivas en estos depósitos», advirtió reiteradas veces el profesor Hiroshi Miyano, experto en el diseño de centrales nucleares.