Un problema de salud pública

Silvia Rodríguez

SOCIEDAD

25 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

En el período estival aumentan los accidentes infantiles (según diversas estadísticas, un 20-25%; algunas series los elevan al 75%) y los últimos años se aprecia un incremento en su número y gravedad.

Es habitual que se incrementen en fines de semana y vacaciones -sobre todo en verano- los menores accidentados, atribuible al mayor tiempo libre. Ocurren sobre todo en el hogar, pero también en piscinas, playas y en actividades de ocio.

Los domésticos más frecuentes son las quemaduras, fracturas, traumatismos cráneo-encefálicos e intoxicaciones por productos de limpieza y medicamentos. También heridas, atragantamientos y contusiones están entre los más comunes.

En el Hospital Policlínico la Rosaleda el incremento de lesiones infantiles ha producido un aumento de la demanda de urgencias y se han tenido que reforzar sobre todo los fines de semana.

La mayoría de los accidentes infantiles son banales. Pero en un no despreciable número de casos se aprecian lesiones de gravedad, como fracturas en extremidades superiores e inferiores, traumatismos cráneo-encefálicos, entre otros, que pueden precisar cirugía para su reducción, afectación de zonas de crecimiento, secuelas...

Se ven, además, urgencias por introducción de cuerpos extraños (semillas, monedas por ejemplo) por orificios naturales (nariz y boca los más frecuentes). La OMS y diversas sociedades médicas señalan estos accidentes en la infancia no como acontecimientos por azar, sino por descuido o negligencia de padres, cuidadores o tutores responsables de los pequeños. Estas circunstancias ocupan el 60.16 % de los accidentes, indican los expertos, mientras que el 25.8 % se atribuye a la falta de adopción de medidas de prevención.

Son un importante problema de salud pública y la primera causa de muerte a partir del primer año de vida hasta la edad adulta. Por eso se insiste en que los padres intenten concienciarse y prevenir los accidentes, vigilando y educando.