Sebastián Castella triunfa en la primera de feria de Pontevedra

L. Penide / M. Conde

SOCIEDAD

Morante cosechó una oreja y Ponce se fue de vacío

04 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Un conmovedor minuto de silencio en homenaje a las víctimas de Angrois precedió ayer el inicio de la fiesta taurina en Pontevedra. La primera jornada de feria de la Peregrina dejó un claro triunfador, Sebastián Castella, que salió por la puerta grande tras cuajar dos espléndidas faenas ante un público que volvió a responder a la fiesta en la ciudad del Lérez (más de tres cuartos de entrada).

Enrique Ponce, sin duda uno de los toreros más queridos por la afición pontevedresa, se fue en esta ocasión de vacío -algo bastante infrecuente-. Con su segundo astado aburrió soberanamente a los tendidos y fue despedido en silencio, solo interrumpido por algunos ligeros aplausos.

Por su parte, Morante de la Puebla se desquitó de su deslucido debut en el coso pontevedrés en el 2009. En su primero, que toreó descalzo, dejó muestras de su arte y cosechó una oreja, pero con su segundo erró estrepitosamente con la espada, hasta recibir un aviso, lo que le privó del triunfo, algo a lo que por el contrario Sebastián Castella se ha abonado desde su estreno en Pontevedra hace ocho años.

El francés equilibró los despistes de su cuadrilla en una jornada en la que los astados de Alcurrucén volvieron a dejar muestras de su calidad, hasta el punto de que alguno fue despedido entre aplausos. En sus dos toros, Universitario y Esmerado, Castella recibió del público la petición de una segunda oreja, aunque el presidente de la plaza volvió a dejar airados a los aficionados al negársela.