La nevera de Jorge Mira tiene mucho eco

Nacho Mirás SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

monica ferreirós

Es físico, investigador, comunicador y soltero. Y se le nota. En su casa no hay alfombras, las bombillas aún son de obra y, ¡ay!, su frigorífico suena a hueco. Es lo que da la independencia. A él nadie le protesta

07 jul 2013 . Actualizado a las 20:15 h.

Es físico, investigador, divulgador científico, colabora en diferentes medios de comunicación y, además, es single, esa manera de nuevo cuño de designar a los que viven solos. Eso sí: si estalla una guerra y hay problemas de abastecimiento, Jorge Mira Pérez (Baio, 1968) no sobreviviría mucho tiempo con tres cajas de quesitos, cinco yogures bífidus, 150 gramos de fiambre y un cartón de leche en la nevera. Nada más que llevar a la boca. Las circunstancias y la propia elección han determinado que Jorge viva a su aire en su piso de Santiago. ¿Solo? No del todo. Hay alguien que, lo mismo que su dueño, se mueve por su casa a su antojo y que hace alarde de su alto rendimiento y su bajo consumo: su robot aspirador, que no tiene conversación, ni falta que le hace, pero que cumple perfectamente la misión para la que fue diseñado. Los físicos y los robots suelen llevarse bien. «Sóbranme habitacións, nalgunhas aínda teño as bombillas da obra», dice con la sonrisa que se pone al levantarse y que ya no apea en todo el día. Jorge disfruta de esa independencia que te permite hacer gimnasia en el salón sin incordiar o descalzarse sobre el reposacabezas si le da la gana; entrar y salir y no dar explicaciones; comer fuera a diario, en la residencia Monte da Condesa -de ahí que la nevera suene a hueco-; y, en definitiva, disfrutar de la independencia. Y si viene la guerra, que llame antes, no vaya a ser que no lo pille en casa.