Un negocio millonario acelera la búsqueda de alternativas al GPS

R. R. García REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

La India se suma a la carrera para tener un sistema de navegación por satélite

04 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La absoluta hegemonía del GPS tiene los días contados. La supremacía del sistema de navegación por satélite estadounidense, con múltiples aplicaciones en la vida diaria de los ciudadanos, está amenazada por la entrada de nuevos países que han iniciado una carrera en la que no solo están en juego intereses estratégicos de defensa, sino también económicos y de explotación tecnológica.

La India fue el martes el último país en sumarse a la competencia con el lanzamiento del primero de los siete satélites con los que pretende levantar su propio sistema de posicionamiento, aunque, a diferencia de los demás proyectos en marcha, su alcance no será global, sino que tendrá cobertura local.

Es un camino ya iniciado por Rusia, el segundo país en contar con una red propia, la Glonass, que al igual que el GPS tuvo su origen en el uso militar del servicio. Rusia cuenta con una constelación de 31 satélites, de los que 24 están en activo, aunque algunos necesitan renovarse. Ayer mismo pretendía poner en órbita otros tres nuevos ingenios, pero se perdieron tras estallar el cohete que los transportaba. En la disputa por la hegemonía del GPS hay otros dos protagonistas de peso: Europa y China. El proyecto europeo Galileo va muy retrasado, porque tenía que estar ya en marcha en el 2008. Sin embargo, en la actualidad solo hay cuatro satélites en órbita de los 30 que constará la red. Hasta el 2014 no se espera que se empiecen a ofrecer los primeros servicios.

Estrategia y economía

Beidou es el nombre de la red del gigante asiático, que ya tiene 16 satélites en el espacio de los 35 previstos. Cuatro países de su zona de influencia ya utilizan los servicios que presta el sistema, aún de forma parcial.

Pero, ¿por qué tanto interés por hacer la competencia al GPS? Los países que han entrado en liza esgrimen razones estratégicas. Parece un argumento evidente, pero al que habría que añadir otra motivación importante: el acceso a un negocio que mueve decenas de miles de millones de euros y con expectativas aún más jugosas a medida que surjan nuevas aplicaciones de los datos de navegación y localización disponibles.

«No hay límite a las aplicaciones que puedan surgir. El negocio que se genera y que se puede generar es enorme, con la creación de nuevas empresas y empleos», explica Carlos Mosquera, director del área de comunicaciones del Centro Tecnolóxico de Telecomunicacións de Galicia (Gradiant). Manuel García Sánchez, catedrático de Teoría de la Señal y las Comunicaciones en la escuela de Vigo comparte la apreciación. «El GPS -dice- empezó siendo un sistema de navegación para guiar barcos y aviones, pero ahora sirve para todo. Hay muchas aplicaciones y muchas más que aparecerán en el futuro».

De hecho, cuando Europa planteó el sistema Galileo fue para no depender de EE.UU. Si cerraba el servicios, Europa también perdería mucho dinero.