Wert enerva a su propio partido

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Galicia, Andalucía y Cataluña completarán las ayudas a los alumnos que no lleguen al 6,5

26 jun 2013 . Actualizado a las 11:04 h.

«Se va a reconsiderar la revisión de la nota». Con este eufemismo, y obligado por la presión de su propio partido y de las comunidades autónomas, José Ignacio Wert anunció ayer que iba a rectificar y aceptar una rebaja de la nota mínima para obtener beca al entrar en la universidad. El decreto sobre becas que está preparando el Gobierno indicaba que los alumnos de primer año tenían que sacar un 6,5 en el acceso a la universidad para obtener alguna ayuda económica, una barrera que ha parecido excesiva a todo el arco parlamentario, desde el PSOE -Rubalcaba no descartó un recurso de inconstitucionalidad- hasta al propio Partido Popular.

De hecho, fue el portavoz de este partido en el Congreso, Alfonso Alonso, uno de los más claros. No criticó directamente a José Ignacio Wert, como es obvio, pero dijo que un 5 es siempre un aprobado y que «el objetivo básico» de las becas es «la inclusión» de alumnos en la universidad y «eso es lo que tiene que centrar el debate». Solo una vez en la facultad se pueden «aplicar criterios de esfuerzo», pero «tiene que haber una base de igualdad de oportunidades».

La aplicación de los criterios de esfuerzo también podría cambiar a raíz de lo dicho, crípticamente eso sí, por Wert. En el decreto que llevó ayer ante las comunidades en la Conferencia General de Política Universitaria se establecía que una vez cursando la carrera, el estudiante que quiera renovar la beca tiene que aprobar todas las asignaturas o sacar una media de 6,5 en el curso; si lo que hace es ingeniería la exigencia es menor, del 85 % de los créditos o un 6 de nota media. En este punto, Wert dio a entender que el grupo de carreras que se pueden acoger a ese 6 de media se puede ampliar, aunque no especificó más.

Esta semana habrá una cifra

El trabajo le queda ahora a los técnicos del Ministerio de Educación, que el viernes deben tener listo el real decreto otra vez para llevarlo al Consejo de Estado y que pueda ser aprobado a tiempo: en agosto ha de salir la normativa para que los estudiantes soliciten beca y debe incorporar los nuevos requisitos.

Por tanto, esta semana y a marchas forzadas los técnicos «van a recalcular todo para intentar acomodar la petición» de las comunidades, dijo el ministro. Wert no habló de cifras -aunque dio lo que parece una pista [ver despiece]-, pero recalcó que no se volverá al 5 de nota para acceso a beca, que era lo que funcionaba hasta el curso que ahora ha terminado, en el que ya se exigió un 5,5. El titular de Educación destacó que no era «compatible» con el modelo de becas que se busca.

A pesar de esta rectificación flagrante -en el propio partido se reconocía el malestar con Wert-, el ministro, lejos de sentirse censurado, recordó que contaba con el aval de los estudios de la OCDE porque la exigencia de un mayor rigor académico es una práctica que se extiende por Europa.

Pero el apoyo que Wert ha encontrado fuera no lo tiene en casa. Cataluña y Andalucía anunciaron que se harán cargo de las becas de los estudiantes que no puedan acceder a la universidad al no lograr el 6,5. El ministro dijo que deberían esperar a que el real decreto estuviera aprobado, aunque en cualquier caso «es perfectamente legítimo. Las comunidades, en función de su propio análisis, tienen todo el derecho a complementar el sistema de becas a cargo de los presupuestos generales con sistemas propios».

Este complemento ya lo hizo el año pasado la Xunta, cuando el Estado aumentó de 5 a 5,5 la nota mínima para becas. Para este curso el departamento autonómico de Educación aumentó el fondo en un 70 %, en previsión de un mayor número de personas con opción a beca. Así las cosas, la Xunta destina un millón de euros a reforzar las ayudas estatales y calcula que podrá atender a 1.500 estudiantes.

Por su parte, los populares de Castilla y León demandaron durante la reunión una nota de corte más baja para las becas y Asturias y Andalucía, gobernadas por coaliciones de izquierda, fueron más combativas. La consejera asturiana, Ana González, dijo que ese 6,5 era inconstitucional y añadió: «No podemos dejar tirada a la gente que tenga problemas económicos», apostilló.

Ni la CEOE apoya a Wert

El presidente de la CEOE, Juan Rosell, defendió ayer que se den «todas las facilidades del mundo» a quienes tengan no solo aptitud, sino también «ganas de estudiar y lo demuestren», y abogó por facilitar créditos «blandos» avalados por las rentas futuras a quienes no consigan una beca. Con todo, se mostró crítico con la medida: «A mí me explicaron de pequeño que con un 5 se aprueba», dijo, para añadir que una de las claves del progreso del país ha sido el «ascensor social» que las becas de estudios han proporcionado a muchos españoles.