Lavarse las manos salva vidas

A. Andrade / R. Domínguez REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Lámpara ultravioleta en el Teresa Herrera de A Coruña.
Lámpara ultravioleta en el Teresa Herrera de A Coruña. gustavo rivas< / span>

Galicia rebaja gracias a la higiene las infecciones intrahospitalarias, que afectan todavía al 7,64 % de los pacientes y que pueden resultar letales

07 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Lavarse las manos salva vidas todos los años en los hospitales españoles. La tasa de prevalencia en Galicia de la infección nosocomial -también conocida como intrahospitalaria- es del 7,64 %. Esto significa que más de siete de cada cien enfermos hospitalizados contraen una infección en el propio centro sanitario que se desarrolla durante su estancia.

Con motivo del Día Mundial de la Higiene de Manos, los expertos incidieron en la trascendencia de un lavado correcto para limitar esas infecciones, una batalla que poco a poco va ganando Galicia. La prevalencia de las nosocomiales bajó un punto porcentual en cuatro años, pasando del 8,68 % del 2008 al 7,64 % del 2012. En España, ese porcentaje es hoy del 7,7.

«A simple tarefa de limparse as mans nos momentos axeitados e da forma axeitada pode salvar vidas», manifestó ayer Rocío Mosquera, conselleira de Sanidade, que valoró la implantación en la comunidad de la Estrategia para la Mejora de la Higiene de las Manos impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS)

Fruto de esta iniciativa es la presencia de preparados de base alcohólica (también para la desinfección de las manos) en la práctica totalidad de las habitaciones de hospitales del Sergas (54 % en el 2009).

Las infecciones nosocomiales se traducen en la prolongación de las estancias hospitalarias y, por tanto, en una incremento de los costes para la sanidad pública.

La celebración de este día se tradujo en la instalación de estands informativos en los diferentes complejos sanitarios de Galicia. En el Chuac de A Coruña, por ejemplo, se repartieron soluciones de base alcohólica. El centro más visitado fue el del materno infantil Teresa Herrera, donde una lámpara de luz ultravioleta permitía comprobar si el personal se había lavado bien las manos.