La moda infantil es un sector en el que Galicia ha demostrado de sobra su talento. No solo con las grandes iniciativas, sino también con decenas de pequeños proyectos, muchos de ellos con décadas de historia y experiencia en el sector, algunos de los cuales no han podido resistir el tsunami de la crisis y se han quedado en el camino.
Muchas de las empresas que resisten, como Foque -que recientemente ha cumplido 50 años en el diseño de ropa para niños-, aseguran que la clave de la subsistencia, en la actualidad, está en el mercado exterior. «En el momento actual -explica Carlos López- nuestra estrategia es el mercado exterior, porque nuestro producto gusta mucho y tiene mucho potencial fuera de España, donde, en el contexto actual, la moda, como el resto de los sectores, vive un momento difícil». El director comercial de la firma está de acuerdo en que el talento gallego es un sinónimo de calidad y éxito y mantiene viva la esperanza de que en un futuro próximo el panorama nacional mejore.
También en Sanmar, otra empresa del mismo sector de A Coruña, aseguran que los mercados ruso, mexicano y británico son sus apuestas más inmediatas después del español. En esta firma, como muchas otras, fabrican ropa para tiendas multimarca. La firma lleva diseñando vestidos para niñas desde 1968. «Nuestros diseños mezclan un aire vanguardista con ligeros toques vintage, pero conservan siempre un estilo exclusivo, elegante», explican. En este tiempo, los diseños de la firma han viajado a diversas partes del mundo.
Junto a proyectos ya consolidados en el tiempo surgen nuevas y originales iniciativas, como es el caso de la colección textil de Casa K, una firma nacida del proyecto editorial Kalandraka, que diseña ropa cómoda de algodón para un sector determinado: niñas y niños de 2 a 6 años.
Hay otros muchos nombres, como Borda y Más, César Blanco, Noyma o Babylis, que mantienen vivo el concepto de vestir a los más pequeños con las últimas tendencias, a base de creatividad, optimismo y mucho esfuerzo.