Los casos de violencia contra los menores aumentaron un 13,6 % en el 2012

Efe

SOCIEDAD

Según la fundación ANAR, cada día se registran cinco casos graves

25 abr 2013 . Actualizado a las 18:19 h.

Los casos de violencia contra menores han aumentado en el 2012 un 13,6 % con respecto al año anterior, según un informe presentado en el Día Internacional de la Lucha contra el Maltrato Infantil por la fundación ANAR, que ha detectado cinco casos graves al día a través de las llamadas recibidas.

En concreto, la Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo) atendió en el 2012, según han explicado en rueda de prensa su director, Tomás Laguna, y el director de programas, Benjamin Ballesteros, a 1.778 niños y adolescentes víctimas de la violencia, de entre las más de 300.000 llamadas recibidas.

La mayoría de estos casos se debieron a maltrato fisco (28,7 %), violencia escolar (15,5 %), maltrato psicológico (14,7 %), abandono (12,4 %), abuso sexual (11,5 %), agresiones extrafamiliares (7,6 %), violencia de género (6,9 %), ciberacoso (1,5 %), pornografía infantil (0,8 %) y maltrato institucional (0,4 %). El 43,5 por ciento de esos menores sufrieron algún tipo de este tipo de violencia durante más de un año y un 46 por ciento de forma diaria.

El perfil de su agresor fue, en primer lugar, el padre (22,5 por ciento), compañeros de centro escolar (18,4 %), madre (15,5 %), parejas o exparejas del menor (8,2 %) y el padrasto o madrastra (8 %), y en un 6 por ciento de los casos fueron ambos padres.

Estos son datos que reflejan el dolor de muchos menores que sufren en silencio y que lo logran romper a partir de una llamada anónima que responde un grupo de psicólogos, que en el 2012 detectaron 122 casos de adolescentes víctimas de violencia de genero por parte de su pareja, menores incluso con 12, 13 y 14 años.

Una cifra preocupante y lo es más si tenemos en cuenta que el 67,4 por ciento de esas más de cien menores atendidas a través del teléfono, no son conscientes de que están siendo víctimas de violencia de genero.

Son casos similares al que reproducía en la rueda de prensa la abogada de la fundación, Leticia Mato: el de una chica de 17 años embarazada de tres meses, que había pasado la noche sin dormir y que estaba harta de seguir así, de que su pareja le encerrara en su casa sin dejarla salir y de que le pegara y amenazara con matar a toda su familia si le dejaba.

Mensajes que escuchan los profesionales de esta organización sin ánimo de lucro, que ofrece desde 1994 un teléfono de ayuda a niños y adolescentes, una línea gratuita que opera las 24 horas al día en toda España, el 116111 en doce comunidades autónomas, además de en Ceuta y Melilla, y el 900202010 en Andalucía, Castilla La Mancha, Cataluña, Galicia, País Vasco y Valencia.

Los responsables de la fundación han hecho hoy un llamamiento a la sociedad para que tomen conciencia del problema, al que no hay que dar la espalda porque «nuestro silencio nos hace cómplices a todos», según Ballesteros, psicólogo clínico.

Cuando escuchamos algún sonido que nos hace sospechar que se puede estar produciendo un caso de violencia contra un menor hay que denunciarlo, no pensar, como dice Ballesteros, en «'y si me meto en un problema, o si voy a tener represalias» porque en ese momento «si tú como adulto sientes miedo a las consecuencias ¿cómo se puede sentir el niño? ¿quién le protege?».

Los casos de violencia registrados por la fundación han aumentado y lo han hecho por una combinación de causas: porque los menores conocen más la existencia de su número de teléfono y denuncian más lo que les ocurre, pero también porque «nuestra sociedad se está volviendo más agresiva y por tanto las formas de violencia son muy graves».

Y todos los factores de riesgo que van aparejados a este tipo de violencia se acentúan, además, con la crisis, con el desempleo.

La fundación ha propuesto una ley integral de violencia contra el menor, como ya existe en el caso de las mujeres, y ha abogado por educar y formar desde la edad infantil en «prácticas de buen trato».

Todo ello para que no se repitan imágenes como las que se exhiben en su última campaña, la fotografía de un niño con magulladuras en su cara o el vídeo en el que dos pequeños se esconden bajo el lavabo del baño, se tapan los oídos y cierran los ojos, mientras su padre aporrea la puerta, cerrada con pestillo, para intentar entrar.

Los casos de violencia en los menores, las 1.778 víctimas del 2012, equivalen al alumnado medio de tres centros escolares españoles.