Berta Uriel: «No le veo la gracia a igualar por abajo el calendario de vacunas»

Mar Gil OURENSE / LA VOZ

SOCIEDAD

Uriel pide que no se abra la puerta a la privatización.
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Sugiere recortes inteligentes que no vayan a «lo fácil y lo inmediato»

24 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

En plena semana europea de vacunación y con la polémica sobre el calendario único aún caliente, Berta Uriel, presidenta de la Sociedad Española de Medicina Preventiva y médica en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense, pide rigor en el debate sobre las vacunas, «uno de los mayores avances de la medicina».

-¿Las sociedades científicas están siendo escuchadas?

-Para el calendario de vacunación no nos han consultado y nos hemos sentido utilizados. Nos han llamado a toda prisa antes de aprobarlo para decirnos esto es lo que hay y a partir de ahora os vamos a escuchar. Está por ver que nos llamen.

-¿El mapa autonómico es el malo en esta película?

-La ley y el sistema definen que las vacunas son competencia de las comunidades, no es que cada una lo haga así porque quiere. Mejor es un calendario único, pero la forma de reconducirlo no es algo tan de mínimos y tan forzado. ¿No puede ser calendario único vacunar del papiloma entre 11 y 14 años? ¿Por qué tiene que ser a los 14? ¿A quién beneficia que La Rioja reduzca la cobertura que da? ¿Por qué, por la estética de la unidad, tiene que perder ese beneficio? Yo no le veo la gracia a igualar por abajo el calendario de vacunas. Supone una oportunidad perdida para incluir la vacunación antineumocócica en todas las comunidades.

-Sobre las vacunas también hay opiniones.

-Sus beneficios son clarísimos; tienen una leyenda negra que es eso, leyenda, pero salvan vidas y evitan secuelas. Sus beneficios son enormes y muchos efectos secundarios que les achacan no se llegan a comprobar.

-Critica las políticas de mínimos, ¿se palpa la pérdida de calidad?

-Lo estamos viendo en Madrid. Es de lógica: tú no puedes poner la sanidad de una población de 100.000 habitantes, por ejemplo del hospital del Tajo, en manos de entidades con ánimo de lucro sin establecer previamente una garantía pública de controlar y publicar los resultados de calidad. Incluso el sistema público adolece de falta de indicadores bien diseñados y transparentes, pero con la privada sería mucho peor por el conflicto de intereses de ánimo de lucro de una empresa -lícito, evidente y consustancial- y la calidad de la asistencia que presta.

-¿Eran imprescindibles recortes para mantener el sistema?

-Hay bolsas de ineficiencia pero nuestro sistema no era caro en la media europea. Cabe exigir un recorte inteligente, no ir a lo fácil y a lo inmediato, sino a aquella inversión que produce menos beneficio en salud. Ahí muchos médicos e instituciones estaríamos de acuerdo, pero también el recorte tiene un límite. No se puede llegar a un recorte tan drástico y que no pase nada en la sanidad.

-¿Hay esperanza?

-Yo no la pierdo nunca, pero hay que recuperar el diálogo. El riesgo de la privatización es ir paulatinamente a una situación no deseable porque hay experiencias, como Ribera Salud, que ha quebrado dos veces y el sistema público ha tenido que solucionarlo. Podemos llegar a ir a aseguradoras tipo americano -ya se están preparando para ocupar aquí el hueco que se cree- garantizando la beneficencia y dirigiendo todo lo demás a seguros privados.

-Pero EE.UU. mira hacia la sanidad española.

-A Obama le está costando porque hay intereses económicos tremebundos y aquí quieren entrar. Si se les deja entrar, va a ser muy difícil volver atrás porque son lobbies muy poderosos y la sanidad es un área de negocio muy apetecible. Tenemos un riesgo claro si no somos capaces de blindar la sanidad.

-¿Y los políticos, qué pintan?

-Mucho, porque pueden oponerse o facilitar. Son los que tienen la llave, pueden decir vamos a no abrir esta puerta.

-¿La abrirán?

-Pues no lo sé. Veo que en Madrid y en Valencia se está abriendo. Es fácil decir que no hay dinero pero, al final, va a salir más caro; a la fuerza, porque tiene que salir el dinero de la asistencia y el del lucro empresarial.