«Llevo muchos años en política, haciendo muchas cosas», ha añadido el ministro, que a principios de año declaró que había que cambiar la fecha de caducidad de muchos productos, ya que el margen de seguridad era mucho más alto que el impreso, y dijo que si veía un yogur en la nevera «ya puede poner la fecha que quiera que yo me lo voy a comer». Después, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria anuló la norma del yogur, definiéndolo como objeto de consumo preferente. «Pasaré a la historia -ha indicado- por haber regulado un producto de acuerdo con las normas que los científicos establecen, de manera que no se desperdicie alimentos y que no se tiren a la basura».