Francisco da el primer paso hacia un gobierno colegiado de la Iglesia

r. r. garcía REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Nombra a ocho cardenales para cambiar la estructura de la curia

14 oct 2013 . Actualizado a las 16:56 h.

Francisco pasa de los gestos a la acción en lo que se anuncia como una revolución pacífica en el seno de la Iglesia. Si en su primer mes de pontificado, que se cumplió ayer, se ha ganado a los católicos con su humildad, cercanía y austeridad, ahora le toca enfrentarse a uno de sus mayores retos: reformar la curia, el órgano del poder vaticano convertido en los últimos años en un nido de intrigas, corrupción y escándalos, lo que en buena parte acabó por agotar las fuerzas de Benedicto XVI y lo abocó a la renuncia.

Toca hacer limpieza y el papa dio ayer el primer paso con el nombramiento de una comisión para «ayudar al gobierno de la Iglesia» integrada por ocho cardenales de gran influencia y por el obispo de Albano (Italia), que ejercerá de secretario y que es un hombre de la máxima confianza de Bergoglio. La elección de este grupo encierra ya de por sí varios gestos simbólicos antes incluso de que comiencen con sus deliberaciones, que no empezarán hasta principios de octubre. Primero, porque Francisco demuestra que no será un gobernante en solitario, sino que se apoyará en un equipo que lo ayudará en sus decisiones. Es la puerta abierta hacia la colegialidad de la Iglesia, hacia un gobierno compartido que será uno de los objetivos que se marcará con la reforma de la Constitución Apostólica, la que regula el funcionamiento de la curia, aprobada por Juan Pablo II. Segundo, porque entre los cardenales están representados los cinco continentes, un signo de la universalidad de la Iglesia católica a la que también se aspira, porque en un mundo globalizado Europa ya no es el centro del catolicismo.

También es llamativo el perfil de los cardenales elegidos, considerados como moderados y con un fuerte compromiso social. Es el caso del arzobispo de Tegucigalpa y presidente de Cáritas, Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, que será el coordinador de la comisión, o del capuchino y arzobispo de Boston Sean Patrick O'Malley. Ambos, además, eran papables con grandes posibilidades. De los ocho (ver fotos) solo hay uno vinculado actualmente a la curia, el italiano Giuseppe Bertello.

Con el proceso abierto para la reforma del órgano de poder de la Santa Sede, Francisco responde al compromiso lanzado en las Congregaciones Generales, el precónclave, donde se propuso la remodelación del gobierno vaticano. Pero, sobre todo, se cumple con la última voluntad de Benedicto XVI como papa.