El papa Francisco almuerza con la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner

EFE

SOCIEDAD

OSSERVATORE ROMANO

Ambos mandatarios estuvieron a solas unos 20 minutos, en un encuentro que pretende ser «un gesto de cortesía y afecto» hacia el pueblo argentino

19 mar 2013 . Actualizado a las 11:00 h.

El papa Francisco, que hasta su elección el pasado 13 de marzo era arzobispo de Buenos Aires, ha recibido esta mañana, en su primera audiencia a un jefe de estado, a la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, que ha aprovechado la reunión para solicitar al pontífice que interceda ante Gran Bretaña por el conflicto de las Malvinas.

El Vaticano considera el encuentro de hoy entre Bergoglio y Kirchner como un «gesto de cortesía y afecto» hacia la Jefa de Estado y al pueblo argentino. El portavoz vaticano, Federico Lombardi, ha precisado que es «natural» que si viene la presidenta de Argentina, el país de Bergoglio, el papa Francisco la reciba de manera «diferente» al resto las delegaciones que asistirán a la misa de inicio de pontificado, el 19 de marzo. El portavoz ha insistido que no se trata de una visita formal o de Estado, sino un gesto de cortesía, de cariño hacia su tierra argentina.

El papa Francisco ha recibido a Cristina Fernández a media mañana y a continuación ha almorzado con ella en la residencia de Santa Marta, donde se alojan los cardenales durante el cónclave y donde aún se aloja el papa en estos días ya que no ha tomado posesión todavía de sus habitaciones en el palacio apostólico. Previamente, mantuvieron un encuentro a solas que se prolongó unos 20 minutos, según informó el portavoz vaticano, Federico Lombardi. Tras el encuentro a solas, el papa saludó al séquito que acompañaba a la mandataria argentina.

Según explicó la propia Cristina Fernández de Kirchner, durante el encuentro ha pedido al papa Francisco que interceda para abrir un diálogo entre el Reino Unido y Argentina sobre el tema de las Islas Malvinas. La presidenta argentina recordó los momentos duros como los vividos en 1978 con Chile, cuando había dictaduras en estos países, pero ahora -dijo- en el Reino Unido y Argentina hay gobiernos democráticos y «es necesario que se cumplan las más de 18 resoluciones de Naciones Unidas para sentarnos a dialogar».

«Es imprescindible para que todos los países cumplan las resoluciones de Naciones Unidas y nuestra instancia al papa va en esta dirección», añadió la mandataria, que compareció ante los medios en un hotel romano.

Fernández también explicó que ha visto al papa Francisco «sereno, seguro y tranquilo, en paz», pero también «ocupado y preocupado por la inmensa tarea de conducir el Estado vaticano y el compromiso de cambiar las cosas que él sabe que tiene que cambiar y ya se han visto en sus gesto y actitudes diferentes y se verán en otras cosas que él decidirá»

La reunión se produce después de que la relación entre el entonces arzobispo de Buenos Aires y los Kirchner haya sido bastante tensa en los últimos años, sobre todo tras la aprobación de las leyes sobre el aborto y el matrimonio homosexual. El entonces presidente Nestor Kirchner, fallecido en octubre del 2010, rompió la tradición vigente desde 1810 y decidió no asistir a la misa de tedeum que cada 25 de mayo se celebra en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires por la Revolución de Mayo. La última reunión en privado entre Fernández de Kirchner y Bergoglio tuvo lugar en el 2010.

Cristina Fernández de Kirchner asistirá también mañana, 19 de marzo, a la misa de inicio del pontificado del papa Francisco, a la que se espera que acudan 150 delegaciones de países. El pontífice tiene previsto recibir a los representantes de cada país al final de la misa, en el Altar de la Confesión, en el interior de la basílica de San Pedro.

La delegación argentina que acudirá a la misa estará compuesta por el ministro de Exteriores, Héctor Timerman; el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti; el titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez y el diputado radical Ricardo Alfonsín, además de representantes de la Conferencia Episcopal Argentina y representantes de varios partidos políticos argentinos.