Visto que el día 1 es viernes, lo más probable es que la primera congregación de cardenales se celebre a partir del día 4, la semana siguiente. Mientras tanto, Benedicto XVI, que se retirará a un convento de monjas tras dejar su cargo, prosiguió hoy su jornada como siempre. Los martes no tiene audiencias y lo dedicó a rezar y leer documentos y a preparar la mudanza y ver qué documentos llevará consigo. Ratzinger se llevará a Castel Gandolfo documentos y apuntes privados, mientras que los del pontificado y los de la época en que fue prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe quedarán en el Vaticano para ser archivados.
Mañana celebrará la audiencia pública de los miércoles, que será la última del pontificado y se desarrollará en la plaza de San Pedro. Ya han sido entregadas más de 50.000 entradas (que son gratis) y se espera que esa cifra se duplique. Benedicto XVI pronunciará la habitual catequesis y realizará el tradicional recorrido entre el público en el papamóvil. La única novedad es que no habrá el besamanos final (el reducido grupo de cardenales, obispos y personalidades a los que suele saludar todos los miércoles), ya que -dijo Lombardi- todo el mundo querría despedirse y así se evitan preferencias. A la audiencia tienen previsto asistir algunas personalidades políticas, como el presidente de Eslovaquia, Ivan Gasparovic, los capitanes regentes de San Marino y el copríncipe de Andorra, Joan Enric Vives. A esas personalidades las saludará después, en privado, en la sala Clementina del palacio apostólico.