Tras la polémica creada por la participación en el cónclave del cardenal de Los Ángeles, Roger Mahony, encubridor de curas pederastas en su diócesis, un nuevo escándalo salpica a otro importante religioso, el arzobispo de Edimburgo y presidente de los obispos escoceses, Keith O?Brien, de 74 años, que tomará parte también en la elección del papa. El diario The Guardian publicaba ayer que tres sacerdotes en activo y otro que ya colgó los hábitos lo acusan de «actos inapropiados» en 1980, cuando ellos eran seminaristas, y él, su director espiritual en el St. Andrew?s College (Drygrange).
Aseguran que se les acercaba tras la oración de la tarde y les proponía contactos. No se trataría de abusos, sino de tentativas. Todos llegaron a ser curas, pero uno habría decidido abandonar en el 2003, precisamente a raíz del nombramiento de O?Brien como cardenal, con Juan Pablo II.
Un portavoz de O?Brien, conocido por sus ataques a la homosexualidad, rechazó ayer las acusaciones y anunció que estudia acciones legales.
Estos sacerdotes presentaron sus quejas al nuncio vaticano en Gran Bretaña, Antonio Mennini, antes de la renuncia de Benedicto XVI para que las trasladara a la Santa Sede. Según confirmó ayer el portavoz vaticano, Federico Lombardi, Ratzinger está enterado del asunto: «El papa ha sido informado y la cuestión está en sus manos».
La lista de cardenales implicados en escándalos y que entrarán en el cónclave incluye también al irlandés Brady, al belga Danneels y al estadounidense Dolan. La acusación contra O?Brien llega un día después de que propusiese debatir el celibato.