Lo prueba el mayor estudio realizado jamás, en el que se hizo un seguimiento de 7.447 personas durante cinco años
10 ene 2019 . Actualizado a las 19:51 h.Confirmado: la dieta mediterránea es buena para la salud. Y lo es hasta el punto de que reduce en un 30 % el riesgo de enfermedades cardiovasculares (infarto de miocardio, ictus, insuficiencia cardíaca, cardiopatías). Todos los estudios realizados hasta el momento habían coincidido hasta la fecha en los efectos benéficos del consumo de aceite de oliva, frutos secos, verduras, legumbres, pescado e incluso del vino con moderación, que conforman, en conjunto la dieta mediterránea. Pero la prueba definitiva ha llegado ahora con el estudio PREDIMED, el mayor que jamás se haya hecho en España y uno de los más importantes del mundo, tanto por su duración como por el seguimiento realizado a los participantes.
En el trabajo, financiado por el Instituto de Salud Carlos III y realizado por investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición, que coordina desde Santiago Felipe Casanueva, se hizo un seguimiento de 7.447 personas durante cinco años. A un grupo de control se le ofreció una dieta baja en grasas, mientras que otros dos grupos cumplieron con una dieta mediterránea. En un caso suplementada con nueces y en otro con aceite de oliva virgen extra. Los mejores resultados se obtuvieron en estos dos últimos casos, en los que se certificó una reducción del riesgo cardiovascular en un 30 %, porcentaje que se elevó a un 49 % en el riesgo de accidente cerebrovascular en relación con la dieta de referencia, baja en grasas. «Los resultados del estudio explican, en parte, la menor mortalidad cardiovascular en los países mediterráneos en relación con los países del norte de Europa y con Estados Unidos», según se recoge en una investigación publicada en New England Journal of Medicine, la revista médica de mayor impacto internacional. Los resultados «demuestran claramente la superioridad de la dieta mediterránea?, según Ramón Estruch, el investigador principal del estudio.