Un meteorito siembra el pánico en Rusia y deja más de 1.000 heridos en los Urales

La Voz AGENCIAS

SOCIEDAD

Varios fragmentos cayeron en diferentes lugares tras desintegrarse el cuerpo celeste en las capas bajas de la atmósfera

16 feb 2013 . Actualizado a las 12:26 h.

Un meteorito ha dejado esta madrugada en Rusia alrededor de 1.000 heridos, entre ellos 200 niños, tras impactar en la región de Cheliábinsk, en los montes Urales, según ha informado el Ministerio del Interior de Rusia. La mayoría han sufrido heridas al romperse los cristales de su casa por el impacto . «Requirieron atención médica 474 personas, de las que 14 han sido hospitalizadas», ha informado en un primer momento un portavoz ministerial a la agencia Interfax. En total, se han registrado daños en al menos seis ciudades de esta región, situada a unos 1.500 kilómetros al este de Moscú.

El meteorito cayó a unos 80 kilómetros de la ciudad de Satka, sobre las 09.20 hora local (4.20 hora peninsular española). Tras la caída del cuerpo celeste se sucedieron fuertes explosiones, que causaron el pánico entre la población, tal y como aseguran testigos presenciales que en un principio creyeron que había estallado un avión en pleno vuelo.

Según científicos consultados por los medios rusos, el meteorito pesaba varias toneladas y varias decenas de metros de longitud. «Era una meteorito bastante grande (...) Los cuerpos de menos de 50 metros se desintegran casi siempre en la atmósfera, y si no se queman en su totalidad, a la Tierra llegan pequeños fragmentos», ha explicado Nikolái Zheleznov, experto del Instituto de Astronomía Aplicada.

Frente a las informaciones de algunos medios, que en un primer momento informaron de que había caído una lluvia de meteoritos sobre los Urales, la portavoz del Ministerio para Situaciones de Emergencia, Elena Smirnij ha aclarado que «no ha sido una lluvia de meteoritos, sino un meteorito que se desintegró en la capas bajas de la atmósfera». Agregó que la onda expansiva provocada por la caída del meteorito fue lo que hizo saltar los cristales «en algunas viviendas de la región». Smirnij añadió que la caída del meteorito no ha influido en los niveles de radiación, que se mantienen dentro de los parámetros habituales para la región. Rosatom, la agencia rusa para la energía atómica, ha informado de que sus instalaciones los Urales no han sufrido daños a consecuencia de la caída del meteorito.

El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, ha advertido que este episodio da fe de la vulnerabilidad del planeta. «Espero que no haya consecuencias graves, sin embargo, la caída del meteorito es una prueba de que no solo la economía es vulnerable, sino todo nuestro planeta». Por su parte, el viceprimer ministro ruso, Dmitri Rogozin, ha abogado ante los hechos por crear un sistema de prevención y protección ante la caída de objetos espaciales. «Tenemos que pensar en ello», ha indicado, agregando que ni Rusia, ni EE.UU. tienen tecnologías para abatir los meteoritos que representan una amenaza para la Tierra. Además, ha recordado que ya había planteado esta propuesta cuando ocupaba el cargo de representante de Rusia ante la OTAN, frente a la que recibió «escepticismo» como respuesta. «Hubo cierta crítica, muchos se reían», ha revelado. «Rusia y otros países grandes sí tienen un sistema de seguimiento y control del espacio, pero este está orientado a vigilar las aproximaciones peligrosas de aparatos con basura espacial», ha recordado.

Mientras, el líder del Partido Liberal Democrático, el ultranacionalista Vladímir Yirinovski, conocido por sus extravagancias y sus salidas de tono en el Parlamento, ha vuelto a llamar la atención declarando que el impacto no fue causa de un meteorito sino que «los estadounidenses están probando nuevas armas». Ha afirmado que el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, buscó el pasado lunes al ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, para avisarle de «la provocación» que se preparaba contra Rusia.