Rouco Varela: «Estamos afectados y huérfanos por la renuncia del papa»

Efe

SOCIEDAD

El presidente de la Conferencia Episcopal afirma que los obispos españoles acogen la renuncia «con reverencia filial»

11 feb 2013 . Actualizado a las 17:36 h.

El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, se ha mostrado hoy «afectado» y «como huérfano» ante el anuncio de la renuncia del papa que -ha dicho- «llena de pena» a los obispos españoles.

En un comunicado y tras conocer la renuncia de Benedicto XVI, Rouco ha expresado, en nombre de los obispos españoles, su «más profunda gratitud por el impagable servicio prestado a la Santa Iglesia en estos intensos años de pontificado».

«Estamos afectados y como huérfanos por esta decisión que nos llena de pena, pues nos sentíamos seguros e iluminados por su riquísimo magisterio y por su cercanía paternal», ha subrayado el cardenal.

Benedicto XVI ha anunciado hoy oficialmente que renuncia al pontificado por su «edad avanzada» -tiene 85 años- a partir del próximo 28 de febrero.

«Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino», ha señalado el papa durante el consistorio para fijar las fechas de canonización de tres causas.

El presidente de la CEE ha indicado que los obispos españoles acogen la voluntad del Santo Padre «con reverencia filial». «Estamos seguros de que el Señor bendecirá el costoso paso que él acaba de dar con gracias abundantes para el nuevo papa y para toda la Iglesia».

En el comunicado, el cardenal arzobispo de Madrid ha pedido a los fieles que encomienden al Señor «la persona tan querida» del papa Benedicto XVI, «que le consuele y dé fuerzas para seguir sirviendo a la Iglesia de un modo nuevo mientras la Providencia disponga».

Además, ha pedido a los católicos que recen para que el proceso de elección del Sumo Pontífice, que se abrirá a partir del próximo día 28 de febrero, «sea guiado e iluminado por la fuerza del Espíritu Santo». «Todo, en la confianza cierta de que el Señor está siempre con su Iglesia».