El grafeno en absoluto era un material desconocido para la ciencia. Hace más de sesenta años que los investigadores lo conocen, solo que hasta hace bien poco se le consideraba como «una contaminación que había que eliminar», explica Francisco Guinea. Todo cambió cuando en el 2004, casi por casualidad, Andre Geim y Konstantin Novoselov lo aislaron y sintetizaron en laboratorio por primera vez.
¿Sustituirá al silicio en los chips electrónicos?
Hace no mucho se pensaba que sí, porque conduce la electricidad cien veces más rápido y pierde menos energía. pero ahora se cree que, más bien, ambos materiales serán complementarios, en buena parte porque el silicio funciona bien y toda la industria electrónica está montada en torno a él. Y cambiar de paradigma no es ni fácil, ni rápido. «Para hacer electrónica digital parece muy difícil que compita con el silicio, porque la inercia lleva a la industria a seguir con el silicio. Lo que habrá que hacer es una nueva electrónica distinta a la de ahora a partir del grafeno, buscar un nuevo concepto, con otra ingeniería», resalta el físico Luis E. Hueso.
¿De qué dependerá su éxito?
Al margen de que se consiga fabricar a gran escala y con gran pureza, de su capacidad de combinarse con otros materiales para su integración en todo tipo de dispositivos. «Eu creo que sí é un material que pode ser revolucionario, pero todo dependerá de cómo se integre nos dispositivos», consta el químico de la USC Francisco Rivadulla.