Benedicto XVI sostiene que «para salir de la actual crisis financiera y económica, que tiene como efecto un aumento de las desigualdades, se necesitan personas, grupos e instituciones que promuevan la vida, favoreciendo la creatividad humana para aprovechar incluso la crisis como una ocasión de discernimiento y un nuevo modelo económico».
Invita a los católicos a «atender la crisis alimentaria, mucho más grave que la financiera» y a apoyar a los agricultores para que desarrollen su actividad «de modo digno y sostenible». El Papa reitera en su mensaje que «la paz no es un sueño, no es una utopía: es posible».