La meteorología adversa condiciona la actividad de quienes residen y trabajan en la zona. Y la comunidad educativa no es una excepción. Cuando amenaza temporal, los docentes realizan un esfuerzo extra para planificar tareas que los alumnos puedan completar en casa y no perder el hilo del curso.
«Polas mañás facemos os deberes que nos poñen os profesores por se neva, e polas tardes saímos xogar fóra, facer guerras de bolas ou bonecos. Sobre todo na Alameda, que é onde se acumula máis neve e onde van outros nenos e compañeiros do instituto», detalla la niña. Con todo, la responsabilidad en el estudio le puede y el miércoles tenía previsto pasar la tarde en casa estudiando francés. «Mañá [por el jueves] teño exame».