Galicia lidera la implantación en Europa de la depuradora del futuro

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Los representantes de los grupos europeos liderados por la USC se reunieron ayer en Bruselas
Los representantes de los grupos europeos liderados por la USC se reunieron ayer en Bruselas

La USC coordina para su desarrollo a 36 universidades y 17 empresas

21 oct 2019 . Actualizado a las 17:56 h.

¿Para qué sirve una depuradora de aguas residuales? La respuesta parece obvia, pero dentro de pocos años puede dejar de serlo, cuando las instalaciones actuales de tratamiento de la materia orgánica del agua de los hogares y de la industria alcancen una nueva dimensión con la llegada de la depuradora del siglo XXI. ¿Cuál es la diferencia? Su versatilidad. O, lo que es lo mismo, en un mismo complejo se podrá depurar el agua contaminada con una mayor calidad y con un menor gasto energético, pero también producir plásticos a partir de los residuos de la materia orgánica, generar electricidad mediante pilas de combustible que aprovechen el poder energético de los residuos o recuperar fósforo que luego pueda ser reutilizado como fertilizante agrícola.

Más que un concepto de futuro será una realidad a corto y medio plazo gracias al trabajo que desarrolla el Grupo de Ingeniería Ambiental y Bioprocesos de la Universidade de Santiago, que ahora llevará su experiencia de España, donde ha liderado un proyecto Consolider para concebir la depuradora del siglo XXI, al resto de Europa. El equipo, dirigido por el catedrático de Ingeniería Química Juan Manuel Lema Rodicio, será el encargado de coordinar las actividades de innovación en materia de tratamiento de aguas residuales de 36 universidades y de 17 empresas de veinte países europeos, desde Bulgaria a Turquía pasando por Noruega, Francia o Alemania. El proyecto, denominado Conceiving Waste Water Treatment in 2020, está financiado por el programa COST de la UE y moviliza una inversión de 68 millones de euros aportados por los propios grupos y compañías.

Plásticos y fertilizantes

«Ya no se trata solo de obtener agua de alta calidad, sino también de recuperar recursos», explica Lema Rodicio, quien asegura que «en el mundo del agua se está produciendo una revolución extraordinaria. Estamos ante un cambio de paradigma, y no es un futurible, sino que el futuro es ya mañana». El objetivo no es solo el desarrollo de nuevas tecnologías, sino su integración en un concepto más amplio relacionado con el ahorro energético, el medio ambiente o la economía. «Tratamos de expandir a nivel europeo una idea que desarrollamos en España desde Santiago», subraya Lema.

Tampoco habrá que esperar mucho para que las innovaciones que surjan del proyecto se lleven a la práctica, ya que se irán incorporando progresivamente, tal y como se viene haciendo con el conocimiento adquirido en los últimos cuatro años con el proyecto Novedar-Consolider, financiado por el Gobierno con 4,5 millones de euros y en el que participaron ocho grupos de investigación españoles y dos holandeses. Un ejemplo es la futura planta de tratamiento de aguas residuales Guillarei, que incorporará avances generados por el grupo de Santiago, como la recuperación de fósforo y su reciclaje como fertilizante, la eliminación de nitrógeno con un coste energético muy bajo o la producción de bioplásticos.

Otro caso práctico es el de la depuradora de una empresa de congelados de Vigo, que fue la primera de España en disponer de un sistema para recuperar fósforo de aguas residuales.