La entrega de los Príncipes de Asturias se convierte en una reivindicación de las humanidades

La Voz ANDRÉS JIMÉNEZ | COLPISA

SOCIEDAD

Don Felipe aprovecha el discurso de los Premios Príncipe de Asturias para llamar a recuperar el espíritu de Transición

27 oct 2012 . Actualizado a las 00:14 h.

La ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias se convirtió en una reivindicación de las humanidades. En el Teatro Campoamor de Oviedo, especialmente engalanado para la ocasión, se pudo escuchar la advertencia de don Felipe, quien alertó del «encogimiento del alma» que, en palabras de Tagore, supone menospreciar la educación. El heredero de la Corona, en su discurso más relevante del año, exhortó a los españoles a huir del «pesimismo, la resignación y el desaliento» en tiempos tan difíciles como los actuales. El hijo del Rey apeló a recuperar el espíritu de la Transición para superar el trance actual con «vocación y espíritu integrador». Como no podía ser de otro modo, la filósofa Martha C. Nussbaum, ganadora del premio de Ciencias Sociales, aseguró que el ideal de justicia no se puede alcanzar sin una formación cimentada en los estudios humanísticos.

Al son de las gaitas, don Felipe, doña Letizia y la Reina Sofía entraron en el Teatro Campoamor entre los aplausos de los curiosos, si bien también se escucharon algunos silbidos y ruidos de bocinas procedentes de trabajadores de Cajastur que protestaban contra los recortes.

En su alocución, el Príncipe tuvo muy en cuenta la crisis y puso especial énfasis en la responsabilidad de los gobernantes y los poderes públicos para salir del atolladero. Don Felipe animó a los que ocupan las instituciones del Estado a que su brújula se oriente más que nunca hacia los «intereses generales y el bienestar» de los ciudadanos. El heredero de la Corona hizo un llamamiento a la recuperación de «valores extraviados en los últimos tiempos» y citó al pensador Tzvetan Todorov, distinguido con el Príncipe de Asturias en 2008.

«La ética es la mejor herramienta para proteger la riqueza de las naciones, su creatividad, sus peculiaridades y su capital social».

El gran ausente en la ceremonia fue es el escritor Philip Roth, a quien el jurado adjudicó el Premio de las Letras. Roth, convaleciente de una operación de columna vertebral, hizo llegar un mensaje en el que expresaba su agradecimiento y sorpresa por el reconocimiento. El autor de 'Pastoral americana' se sintió honrado por que los lectores españoles se hayan sentido atraídos por su obra, tan íntimamente ligada a la sociedad estadounidense, y superado los prejuicios y la «acérrima animadversión política» que concita su país.

La Reina, que escuchó los discursos de los premiados desde el palco principal, prestó especial atención a las palabras de la filósofa estadounidense Martha C. Nussbaum, que abogó por un nuevo enfoque para medir el desarrollo de un país. Nussbaum, definida por el Príncipe como «brillante helenista», considera que el PIB per cápita es insuficiente para evaluar la calidad de vida de un estado. Puso como ejemplo su país, que pese a su potencial económico, está lastrado por profundas desigualdades en materia educativa, sanitaria y «un historial lamentable de violencia de género». «No me parece demasiado atrevido afirmar que el florecimiento humano requiere el florecimiento de las disciplinas de humanidades», dijo la galardonada, para quien los saberes clásicos nos hacen pensar sobre la «vulnerabilidad humana y la aspiración de todo individuo a la justicia».

Una gran expectación despertó la llegada de Iker Casillas y Xavi Hernández, rivales y amigos, al lugar donde se celebró la ceremonia.

Como subrayó don Felipe, ambos son un modelo «para los jóvenes por su deportividad y buen juego, pero también por su actitud conciliadora» y por una amistad que dura años». Por eso son acreedores con justicia del Príncipe de Asturias de los Deportes.

Rafael Moneo, Premios de las Artes y creador del Kursaal, de la ampliación del Prado y del Museo Romano de Mérida, hizo votos para que los arquitectos hagan «de la fábrica de la ciudad la razón de ser de su profesión». Moneo, que glosó las virtudes de su profesión, apostó por que los arquitectos sigan involucrados en la construcción, sin dejar de lado aspectos fundamentales de su oficio como son el conocimiento de los «aspectos formales y estructurales que determinan lo que los edificios son».

La entrega y el papel de los voluntarios de la Cruz y la Media Luna Roja fue ensalzado por Tadateru Konoé y Peter Maurer, representantes de la organización. Maurer aprovechó la oportunidad para subrayar que las pérdidas de colaboradores en Pakistán, Yemen y Siria son dramáticas.

Por esta razón pidió que los médicos, enfermeras y personal sanitarios de Cruz Roja puedan llevar a cabo su labor de forma neutral y «libre de presiones y ataques».

En la presente edición, los miembros del jurado han reconocido la labor del creador del popularísimo videojuego Mario, el japonés Shigeru Miyamoto, distinguido en la modalidad de Comunicación y Humanidades; de los científicos Gregory Winter y Richard Lerner (Investigación Científica y Técnica), y de la Federación Española de Bancos de Alimentos, que ha visto recompensado su trabajo con el galardón de la Concordia. Todos ellos recibieron de manos del Príncipe el diploma pertinente, honor que va acompañado por la concesión de una escultura de Miró y una recompensa de 50.000 euros.