Cambio de hora: Cómo nos afectará el horario de invierno

La Voz REDACCIÓN

SOCIEDAD

La madrugada de este domingo los relojes se atrasan. A las tres serán las dos. El Ministerio de Industria recuerda que el cambio horario puede llegar a ahorrar un 5 % del consumo eléctrico en iluminación

26 oct 2013 . Actualizado a las 23:16 h.

El cambio de hora ha sido siempre la señal de que el invierno estaba a la vuelta de la esquina, a pesar de que el pulso del calendario sentencia que la estación más fría no arranca hasta el 21 de diciembre. El atraso de los relojes a finales de octubre pone punto y final al horario de verano, a las horas de luz. Si ya desde San Juan la noche le va ganando terreno poco a poco al día, el cambio de hora le da el empujón definitivo a los meses de sol para establecer un ritmo nuevo en nuestras rutinas. La madrugada de este domingo 28 -es decir, la noche del sábado al domingo- las agujas del reloj retrocederán una hora. A las tres, serán las dos. Menos en Canarias, donde a las dos será la una. Tendremos una hora más de sueño, una hora más de fiesta nocturna, una hora más de tiempo para acomodarnos al nuevo paso invernal.

Incómodo para la mayoría, sobre todo para aquellos que hagan más vida de tarde que de mañana, el cambio de hora induce a muchos a la tristeza. A la resignación de encarar una época apagada, con menos horas de luz, en la que los atardeceres irán menguando poco a poco hasta mediados de diciembre. Sin embargo, el cambio de hora, que afecta a todos los estados miembros de la Unión Europea, tal y como recuerda el Ministerio de Industria, fue establecido en 1974 después de la crisis del petróleo para aprovechar mejor la luz del sol y minimizar los efectos adversos en la sociedad.

Favorece el ahorro de energía (según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, un 5 % del consumo eléctrico en iluminación) y, por tanto, el ahorro económico, al ganar tiempo de luz a primera hora de la mañana, cuando se concentra la mayor actividad -industrial, laboral y personal- de toda la jornada. Además, un estudio encargado por la Comisión Europea asegura que el cambio de hora también tiene impactos positivos sobre el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial y la salud, el turismo o el ocio.

Aprovechando el cambio de hora, el Ministerio de Industria ha lanzado a los ciudadanos una serie de consejos útiles para evitar un consumo innecesario de energía: abrir las ventanas para ventilar las habitaciones como máximo diez minutos, apagar la calefacción por las noches y no encenderla hasta que la casa esté bien aireada por la mañana, cerrar los radiadores innecesarios y apagar la calefacción si se van a pasar varios días fuera de casa, instalar doble ventanal o doble acristalamiento, incorporar reguladores a los radiadores o calderas, no abusar de la calefacción (21 grados sería lo ideal; para dormir, entre 15 y 17) y acondicionar la casa con aislante en techos y paredes.

Más allá del ahorro energético, los que se verán más afectados por el cambio de hora serán los niños y las personas mayores, aquella parte de la población que sufre más trastornos del sueño y que acusarán en mayor medida las molestias de contar durante la tarde con menos horas de luz.

El cambio de hora de invierno se lleva a cabo cada año el último domingo de octubre, único día del año que cuenta con 25 horas en lugar de 24. En la otra cara de la moneda, el cambio horario de verano tiene lugar la noche del último domingo de marzo, cuando, durante la madrugada, se pierde esa hora que ganamos en octubre y se adelantan los relojes de las dos a las tres.

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