Felix Baumgartner y su salto estratosférico en primera persona

La Voz LA VOZ / DPA

SOCIEDAD

salto subjetivo

Una cámara subjetiva muestra lo que vio el austríaco superar la barrera del sonido

16 oct 2012 . Actualizado a las 00:46 h.

Felix Baumgartner consiguió ayer tres récords de los cuatro que intentaba: realizar el salto más alto (a unos 38.900 metros); llegar más lejos con un globo (unos 39.005 metros) y ser el más rápido en caída libre. Baumgartner se convirtió en el primer hombre que supera la velocidad del sonido sin ayuda mecánica, pero ¿cómo vivió Felix Baumgartner su salto estratosférico? Una cámara subjetiva que Baumgartner llevaba incorporada en su traje ha permitido a Red Bull, patrocinador de la hazaña, mostrar al mundo entero cómo fue para el aventurero superar la barrera del sonido.

Felix Baumgartner aterrizó ayer sano y salvo en la tierra después de lanzarse desde una cápsula a 39 kilómetros de altura, a una velocidad máxima de 1.342,8 kilómetros por hora, según los primeros datos oficiales proporcionados por el experto de la Federación Aeronáutica Internacional (FAI) Brian Utley en una conferencia de prensa en Roswell, y conseguir así romper la barrera del sonido. «No tengo idea de si rompí la barrera del sonido y cuándo, en qué momento». Estas fueron las primeras palabras de Baumgartner tras poner un pie en el desierto del estado norteamericano de Nuevo México. Baumgartner aseguró no haber sentido una onda expansiva y explicó que más bien estaba ocupado con otras cosas. «Me liberé de 20 toneladas de carga de mis espaldas», manifestó Baumgartner, aliviado.

Además de romper la barrera del sonido, Baumgartner rompió el récord del vuelo en globo tripulado más alto del mundo y el salto en paracaídas más alto, pero no pudo romper el récord de la caída libre más larga, que sigue en posesión de Joe Kittinger, quien acompañó al austriaco en esta hazaña. «Cuando estaba allí parado en la cima del mundo, te conviertes en tan humilde, no piensas en romper ya los récords, no piensas en obtener datos científicos. Lo único que deseas es regresar con vida», aseguró tras el impresionante salto, según reportó la emisora CBS. «Algunas veces debemos ir realmente alto para ver cuán pequeños somos», agregó.

A unos 39.000 metros de altura Baumgartner abandonó la cápsula con la que llegó en un globo de helio a la estratósfera en un viaje de dos horas y media de duración. Después de un último chequeo, Baumgartner salió a una plataforma y se lanzó con un traje presurizado especial. Después de 48 segundos de caída libre rompió la barrera del sonido. Luego, la densidad del aire fue frenando a Baumgartner, que abrió su paracaídas y consiguió llegar sano y salvo a la tierra. Todo duró cuatro minutos y 19 segundos. A pesar de que todo salió bien, Baumgartner reconoció que su salto récord fue más duro de lo que pensaba: «En un momento pensé que perdía la conciencia».

El presidente austriaco Heinz Fischer felicitó a Baumgartner por su éxito, señalando que fue «logrado con coraje y perseverancia y reconocido por todo el mundo». La Agencia Espacial Europea también se sumó a las felicitaciones, destacando en Twitter que fue un «muy, muy valiente paracaidista de caída libre».

Baumgartner, también conocido como Felix «sin miedo», llevaba toda su vida entrenando para este momento. El lanzamiento del globo fue retrasado en varias ocasiones durante la semana pasada. En un principio, la prueba estaba prevista para el lunes, pero tuvo que posponerse debido a las condiciones climáticas. Cuando Baumgartner se encontraba este domingo en la cápsula, el nuevo intento estuvo a punto de ser nuevamente cancelado, debido a problemas con el visor del casco, pero igualmente quiso saltar. «Fue la decisión correcta», indicó.

Nacido en Salzburgo en abril de 1969, a Baumgartner le inspiraron los astronautas que veía en televisión y soñaba con lanzarse en caída libre y pilotar helicópteros. Felix Baumgartner realizó su primer salto a los 16 años y mejoró sus habilidades con paracaídas como miembro del equipo de fuerzas especiales del Ejército austríaco. Las proezas de Baumgartner llamaron la atención internacional en los años 90: en 1999 saltó desde las Torres Petronas, en Kuala Lumpur, batiendo un nuevo récord mundial para salto BASE más alto desde un edificio. Ese mismo año, realizó el salto BASE desde la mínima altura lanzándose desde el Cristo Redentor de Río de Janeiro. Cuatro años más tarde, Baumgartner volvió a hacer historia con un «vuelo» en caída libre a lo largo del Canal de la Mancha. Saltó desde una avioneta a 32.000 pies y utilizó un ala de fibra especialmente diseñada para cruzar la distancia de 35 kilómetros en solo seis minutos.

Baumgartner llevaba desde el 2010 trabajando para batir el actual récord de altura en salto en paracaídas, récord que estaba en posesión de Kittinger, que en 1960 saltó desde una distancia de más de 31 kilómetros sobre la superficie terrestre. Kittinger, de 84 años, que forma parte del equipo de asesores de Baumgartner, también fue el primero en felicitarle cuando aterrizó tras sus dos saltos de prueba: el primero desde 22.000 metros de altura, en marzo del 2012, y el segundo desde casi 30.000 metros, en julio.

Decenas de equipos de televisión y páginas de Internet siguieron este domingo en directo el evento, auspiciado por Red Bull. Los costes se estima que alcanzaron los 50 millones de euros (casi 65 millones de dólares), aunque Red Bull no ha dado a conocer una cifra oficial. El efecto publicitario es enorme pues se calcula que cientos de millones de personas siguieron el salto de Baumgartner en todo el mundo.

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